sábado, 17 de marzo de 2012

Día 4. Tokio, la ciudad de los contrastes!!!

Me despierto temprano, miro por la ventana y veo que el cielo amenaza lluvia. Ya veníamos preparados porque en Japón la época de lluvias se da después de la primavera al inicio del verano.
Con los estómagos llenos después de un buen desayuno, salimos a la calle para empezar con la ruta que nos hemos planificado para el día de hoy.

Cogemos el metro con dirección Akihabara, conocido como el barrio de la electrónica. Está lleno de bazares y tiendas con todo tipo de productos electrónicos. A estas horas está casi todo cerrado, tenemos previsto pasar una tarde por este barrio para poder disfrutar al máximo de su ambiente.


Si algo nos sorprende de buena mañana es una cola impresionante de japoneses, nos preguntamos para que harán cola. No nos lo podemos creer, están haciendo cola para jugar al pachinko y el local todavía no ha abierto sus puertas!!!!



Seguimos paseando por las grandes avenidas de Akihabara, esta ciudad está llena de vida a cualquier hora del día.


En Tokio siempre hay algo que te deja con una sonrisa en la boca, cuando no es la reacción de algún japonés es algo que capta tu atención. Muchas veces me vienen a la mente escenas de dibujos animados, que os parece este coche??


Paseando llegamos hasta el Santuario Yasukuni, un remanso de paz en medio de la vorágine de la ciudad.
Es conocido como el Santuario de la Paz de la Nación, fue consagrado en 1897 y en él descansan los 2,5 millones de japoneses caídos en la guerra desde la restauración Meiji. Hasta el final de la II Guerra Mundial, el sintoísmo fue la religión oficial y las cenizas de todos los caídos fueron traídas hasta aquí.





Estamos solos en el lugar y este paseo se convierte en un momento mágico, hay un silencio absoluto y apetece caminar por todo el santuario descubriendo algunos rincones inolvidables!


Nos hubiéramos quedado mucho más tiempo en este lugar, pero, nos quedan muchas cosas por visitar, así que nos vamos a otro templo muy conocido en esta zona.

Japón sufre al año más de mil terremotos lo suficientemente fuertes como para que los noten, aunque la mayoría no causan demasiado temblor. Se notan más en los edificios elevados, que se mueven bastante, pero, tienen mecanismos para absorber el impacto del temblor. Este fenómeno está muy presente en la ciudad, los edificios nos se construyen juntos, entre ellos hay separación y las fachadas de la mayoría de ellos tienen grietas visibles para cualquier transeúnte.


Llegamos al Santuario Kanda Myojin, pasamos bajo un gran torii que da acceso al templo.


Myojin tiene más de 1200 años de antigüedad, aunque la estructura actual es una reproducción construida tras el terremoto de 1923.



Un par de guardianes dan la bienvenida al templo. Tanto el santuario como su interior de estilo chino son impresionantes.


Hemos venido pronto porque en todas las guías aconsejan visitar este templo a primeras horas de la mañana, ya que, con un poco de suerte puedes ver a los monjes sintoístas haciendo sus ritos.
Después de pasear un buen rato vemos un grupo de monjes que salen, hemos tenido suerte y nos quedamos a ver el rito. Ha sido impresionante, sus ropas, músicas... todo es diferente a lo que estamos acostumbrados! Ha merecido la pena madrugar un poco.



Damos por finalizada la visita y nos vamos hasta la estación de metro más cercana.


En el metro ya nos manejamos sin problema, pero, seguimos viviendo momentos divertidos porque normalmente en el vagón somos los únicos occidentales. Ahora vamos rodeados de un grupo de escolares y piden hacerse fotos con nosotros, yo me parto de la risa!!!

Nos bajamos en el barrio de Ginza. Esta zona está sometida a la influencia occidental  y la modernidad. Las tiendecitas de artesanía conviven con galerías, enormes almacenes comerciales y modernas salas de exposiciones.


Ginza es probablemente la zona más exclusiva y cara de Tokio. El metro cuadrado se cotiza 10 millones de yenes, unos 70.000€.


Nuestra primera parada la haremos en el Edificio Sony, aquí se expone en varias plantas lo último en tecnología y aparatos de la firma Sony. Muchos de estos productos los podemos probar. Pasamos un rato muy entretenido, además podemos tomarnos un café en una de sus cafeterías.


Seguimos descubriendo rincones de Ginza llenos de glamour, en sus calles podemos encontrar tiendas de grandes firmas de moda. Todo lo relacionado con el lujo está en Ginza!

Ginza Wako se construyó en 1932, la torre del reloj es el símbolo de Ginza, situado en la esquina del cruce de Chuo y Harumi Dori. En este edificio se venden joyas y artículos de lujo.


Entramos a la tienda Nissan donde tienen expuesto un coche futurista que nos resulta un tanto extraño.


En Ginza está el Teatro Kabuki-za, se inauguró en 1889. El edificio es uno de los ejemplos más antiguos de uso de materiales y técnicas occidentales al estilo japonés. Actualmente está en proceso de restauración.


Teníamos entendido que en Japón estaba prohibido fumar por las calles y nos hemos dado cuenta que ésto no es del todo cierto. Prohibición no hay, lo que está mal visto es ir caminando a la vez que fumando, por este motivo en las calles tienen habilitadas zonas para fumadores. Son espacios con jardines rodeados de ceniceros donde la gente se para a hacer el cigarro. Otro ejemplo más de educación!


Junto a Ginza está la zona de Tsukiji, famosa por su mercado de pescado. Un cartel nos indica que entramos en este barrio, así que allí vamos!!


Cuando empezamos a organizar el viaje queríamos visitar el mercado de Tsukiji, pero, después de leer las restricciones de acceso que estaban aplicando decidimos venir a media mañana para poder ver el ambiente en las tiendas y probar un pescado recién salido del mercado.


Cada mañana, salvo los domingos, se celebran subastas desde las 05:00 hasta las 10:00 horas, donde 15.000 restauradores y vendedores de comida adquieren 450 tipos diferentes de productos marítimos.


El mercado se encuentra rodeado de montones de tiendecitas y puestos donde se vende el pescado que acaban de adquirir en el mercado. También hay lugares de comida donde puedes probar diferentes pescados, aquí puedes encontrar el mejor sashimi que hayas probado nunca!
Callejeamos por el mercado y es toda una experiencia para los sentidos.




Se pasa el tiempo volando cuando nos queremos dar cuenta llevamos más de una hora callejeando por el mercado, después de comprar un par de regalitos típicos no vamos caminando hasta el Jardín de Hama.
Menuda caminata nos estamos pegando, vamos a terminar molidos; pero, es que esta ciudad tiene rincones que enamoran a cualquiera. 


Llegamos al Jardín de Hama, pagamos la entrada que son 300 yenes y entramos en un lugar fascinante.
Este jardín está situado en la desembocadura del río Sumida, en la bahía de Tokio y fue construido en 1654. Los jardines rodean varios estanques de patos, es un lugar muy tranquilo y agradable. Las formas de los árboles son verdaderas obras de arte.




Nos sorprende el contraste de estar en unos jardines preciosos rodeados de enormes rascacielos.


Los salones de té, las villas y la vegetación originales quedaron arrasados tras un bombardeo en noviembre de 1944. El salón de té Nakajima ha sido fielmente reconstruido y hoy parece flotar sobre el estanque.


Ha empezado a llover, pero, seguimos paseando por el jardín porque tiene unos rincones preciosos.


Menuda sorpresa me he llevado cuando una señora se ha acercado para pedirme si me puedo hacer una foto con unos novios. Me he quedado mirando un buen rato el vestido de novia, que diferente al blanco radiante al que estamos acostumbrados...Claro que sí, una española en el álbum de boda de unos japos!!


Después de este momentazo friki vemos que se nos ha hecho tarde, así que decidimos coger el metro para ir a comer a Harajuku. El otro día nos quedamos alucinados con el ambiente que hay en Takeshitadori y nos apetece repetir.
Hemos caminado a lo tonto buscando una estación de metro, así que cuando llegamos a Takeshitadori entramos en la primera pizzería que vemos porque hoy nos apetece cambiar un poco el menú. Estos japoneses son muy amables y aún siendo tarde nos dan de comer sin problema. Que bien nos sientan el par de pizzas!!
El otro día yo le había echado el ojo a varias compras, así que después de comer nos dedicamos a ir de tiendas y poco a poco voy cargando con nuevas adquisiciones...


Bajamos hasta Omotesando, yo lo compararía con los Campos Elíseos. Con sus amplias aceras arboladas y sus boutiques de los diseñadores más importantes del mundo hacen de esta avenida un lugar de glamour y lujo.


Estamos agotados, vamos cargados de bolsas y está lloviendo, así que decidimos irnos para el hotel y tomarnos el resto de día de relax. Hay que dosificarnos porque todavía nos quedan muchos días de viaje y muchos lugares por descubrir.

Dejamos las bolsas en la habitación y bajamos a comprar algo de cena que podamos tomar en la habitación tranquilamente. Mientras nos comemos unos sandwich repasamos las fotos que hemos hecho durante estos días y vuelven a nuestra cabeza anécdotas que nos vuelven a hacer reír!

Me duermo pensando en todo lo que haremos mañana, le tengo preparada una sorpresa a Mateo que no se espera. Que ganas tengo de verle la cara cuando se entere....






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