Faltan 15 días para empezar nuestro viaje a Japón y no nos podemos imaginar que un inesperado compañero de viaje nos va a acompañar durante estos días. Al poner la televisión nos sorprendemos con las imágenes de un volcán en erupción en Islandia.
Hasta ese momento nada sabíamos del volcán Eyjafjallajökull, pero, os aseguro que se iba a convertir en nuestra pesadilla. Las informaciones que leíamos no eran nada halagüeñas, empezaron las cancelaciones de vuelos, cuando la cosa parecía que se calmaba volvía el volcán con una nueva erupción y los aeropuertos de media Europa estaban colapsados. Llamamos a nuestra compañía aérea para saber sobre el estado de nuestro vuelo y nos aseguran que hasta última hora no nos podrán decir nada!
Ha llegado el día, nos vienen a recoger los padres de Mateo para llevarnos al aeropuerto y vamos con la sensación de no saber si en unas horas estaremos rumbo a Japón o de vuelta a casa.
Al llegar al aeropuerto, las pantallas de información son un poema, la mayoría de vuelos están cancelados.
Vamos a nuestro mostrador de facturación y la azafata nos informa que de momento nuestro vuelo está previsto, pero, sin confirmación de puerta de embarque.
Desayunamos con la familia y nos despedimos de ellos sin tener claro que pasará dentro de unas horas. Pasamos los controles, sin dejar de mirar las pantallas porque nos han cambiado la puerta de embarque varias veces. El embarque en el avión se retrasa, nuestro vuelo debería salir a las 12:00 y a esa hora todavía no hemos empezado a subir al avión. Mi cara debe reflejar mi estado de ánimo y Mateo me dice que me tranquilice que toda saldrá bien.
Por fin estamos sentados en el avión, pero, pasa el tiempo y no despegamos. Los pasajeros empezamos a preguntar a la tripulación y nos dicen que por problemas en el tráfico aéreo no sabemos a que hora conseguiremos despegar!!!
Esperamos dentro del avión más de 1 hora, la azafata nos informa que posiblemente perderemos el vuelo Estambul - Tokio, pero que la compañía nos reubicará al día siguiente en el primer vuelo. Ahora sí que nos quedamos los dos con cara de tontos!!!
El vuelo Barcelona - Estambul se nos ha hecho eterno, no paramos de mirar el reloj. Aterriza nuestro avión en Estambul y nos acompaña una azafata para agilizar los trámites y llegar a tiempo a coger el siguiente vuelo.
No nos lo podemos creer, estamos sentados en el avión que nos llevará directos al país del sol naciente!!!!
Después de unas cuantas horas de avión, aterrizamos en el aeropuerto de Narita. Pasamos el control de inmigración y sellan nuestros pasaportes sin ningún problema. Recogemos nuestro equipaje, todo está muy organizado.
Lo primero que hacemos es seguir las indicaciones para llegar a una casa de cambio, nos dan 130 yens por 1 euro. Con nuestros yens en la mano nos vamos a buscar el tren que nos llevará al centro de Tokio.
Lo primero que hacemos es seguir las indicaciones para llegar a una casa de cambio, nos dan 130 yens por 1 euro. Con nuestros yens en la mano nos vamos a buscar el tren que nos llevará al centro de Tokio.
El primer contacto con este país me causó una sensación de vértigo indescriptible!! Agarré mi maleta y me puse en un rincón a observar todo mi alrededor.
En Japón todo es distinto, es un nuevo concepto de vida para nosotros. La caligrafía es diferente, todo hace y tiene ruido, hay mucha gente moviéndose a tu alrededor, la gente es diferente... pero, lo que realmente me sorprende es que la sociedad nada tiene que ver con lo occidental que nosotros conocemos. Hemos estado en otros países y no es la primera vez que pisamos Asia, pero Japón es diferente!!!
Ya me veo dispuesta a empezar la aventura, así que vámonos!!!
Hay varias maneras de llegar al centro de Tokio, pero, como nuestro hotel está en la zona de Ueno nos quedamos con la opción de Keisei Skyliner. Hay dos trenes para elegir, nosotros cogimos la opción económica Keisei Limited Express que por 1000 yenes te deja en 1 hora y 15 minutos en el centro de Tokio. El otro tren tarda quince minutos menos, pero, cuesta 2000 yenes.
Aquí tuvimos el primer contacto con los japoneses y nos reímos bastante porque disimuladamente no paraban de mirarnos, eso sí, en cuanto cruzábamos las miradas se ponían a mirar el suelo. Eramos los únicos occidentales en el tren, así que fuimos la atracción del viaje!
El viaje se nos hizo corto y cuando nos quisimos dar cuenta ya habíamos llegado. Fuimos en taxi directos al hotel.
En la recepción del hotel Villafontaine Ueno alucinamos porque las tres chicas de recepción se desvivían por hacerse entender y cualquier cosa que les decimos les hace mucha gracia... Más tarde nos daremos cuenta que es una tónica habitual.
La habitación del hotel es tal y como nos la habíamos imaginado, así que dejamos las maletas nos damos una ducha y vamos a empezar nuestra primera ruta por Tokio. Más nos vale no dejarnos caer en el cama porque las horas de avión y el cambio horario empiezan a notarse en el cuerpo.
Hoy queremos visitar el barrio de Nipori, una zona lejos de las luces de neón y comercios es un viejo barrio residencial junto al cementerio de Yanaka.
Vamos a la estación de metro y nos quedamos mirando un rato a la gente para saber como comprar los billetes. El plano del metro se convierte en un verdadero rompecabezas!!
Prueba superada, ya estamos esperando a que llegue nuestro primer metro japonés!!
El metro parece una feria, está lleno de luces y sonidos. Es imposible pasarte de parada porque lo anuncian en las teles y megafonía. La gente va durmiendo o pendiente de sus móviles y desimuladamente nos miran porque volvemos a ser los únicos occidentales en todo el vagón. Nosotros no podemos dejar de mirar por las ventanas y nos preparamos para salir en cuanto anuncian nuestra parada.
El distrito de Yanaka sobrevivió al terremoto de 1923 y a los bombardeos de la II Guerra Mundial. Yanaka conserva un ambiente único en Tokio con sus calles apiñadas en callejones estrechos.
Nos sorprende el cementerio de Yanaka, uno de los más antiguos de todo Japón.
Dentro del cementerio está el Templo de Tenno-ji, en su interior tiene un gran Buda de bronce que data de 1690. Cuando llegamos estaba cerrado, así que nos tuvimos que conformar con verlo desde fuera.
Nos vamos paseando hasta Yanaka Ginza Street, una calle con pequeñas tiendas de barrio que nada tiene que ver con el ambiente de las zonas comerciales. Aquí podemos ver pequeños comercios y bares de comida típica, nos sentamos a probar unos pinchos de pollo a la brasa con unas cervezas que nos saben a gloria!
Volvemos a coger el metro hasta Ueno y damos un paseo por el mercado de Ameyoko.
Menuda locura, Ameyoko es uno de los grandes bazares de Asia. Es un lugar donde se puede encontrar de todo, tiendas, artículos de segunda mano, mercadillo, pescado, tiendas manga... Todo lo que os imaginéis está en Ameyoko.
Llevamos muchas horas despiertos y estamos cansados, así que vamos a cenar algo rápido. Pasamos por delante de un local de Pachinko, no podemos reprimir la curiosidad y allí que nos metemos los dos.
Aquí si que hemos alucinado con el ruido ensordecedor que hay. El Pachinko es el juego más popular de Japón, es muy parecido al pinball. Los jugadores compran bolas de acero para introducirlas en la máquina de pachinko y ganan más bolas que luego cambian por regalos y dinero. Menuda panda de japoneses viciados con las dichosas bolitas!!!!
Vamos dando un paseo hasta el hotel, pero, antes hacemos una parada en un puesto de crepes. Damos buena cuenta de un par de crepes de nata, crema y chocolate que están buenísimas!! Menudo peligro tener este chiringito al lado del hotel, seguro que no será nuestra última visita...
Ha sido un día muy largo, llevamos más de 24 horas despiertos y sin parar. En nuestro primer día en tierras niponas hemos alucinado, todo nos parece diferente. Tenemos ganas de más, pero ahora toca descansar.... Que tendremos preparado para mañana?????
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