sábado, 3 de marzo de 2012

Día 3. Milán sorprende!!


Me despierto y lo primero que hago es mirar por la ventana el día que hace; respiro aliviada, hace sol y el cielo está bastante despejado. Perfecto para lo que tenemos previsto hacer durante el día de hoy!!

Bajamos a desayunar y nos lo tomamos con calma, hoy no tenemos ninguna prisa. Saboreamos nuestro capuchino y pruebo una tarta de fresas que está exquisita.
Salimos a la calle y decidimos hacer la ruta a pie, de momento no hemos cogido ningún medio de transporte para desplazarnos por la ciudad. La situación de nuestro hotel es céntrica y nos permite ir paseando a todos los sitios.
Llegamos a la Plaza Cardona donde se encuentra la colorida y original escultura de La aguja, el hilo y el nudo, que representa la moda tan famosa en esta ciudad.



Cruzando un par de calles, se llega al Castillo Sforzesco. Este castillo es uno de los puntos de referencia de Milán, su soberbia torre domina esta parte de la ciudad. Hoy en día sigue siendo un símbolo espléndido de la arquitectura renacentista milanesa.


Viendo la gran muralla que rodea todo el castillo y las torres de vigilancia nos podemos hacer una idea de la gran fortaleza que sería en su época.



Desde el castillo se accede directamente al Parque Sempione, un auténtico remanso de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad. Originalmente era un coto de caza privado de la familia Sforza.
Los jardines se extienden desde el castillo hasta el Arco de la Paz, con campos de césped, grandes árboles, paseos y un lago con un puentecillo.
Damos un paseo más que agradable por este parque, donde podemos disfrutar de típicos paisajes otoñales.



Desde aquí hay unas vistas impresionantes tanto del Castillo Sforza como del Arco de la Paz; éste último se pensó para celebrar las victorias de Napoleón, pero, cuando fue derrotado el proyecto quedó paralizado y nunca se llegó a completar.



Queríamos aprovechar el cielo tan despejado para subir a las terrazas del Duomo, así que nos fuimos dando un paseo hasta allí.
Bajamos por la Vía Dante, desde donde continuamos teniendo unas bonitas vistas del castillo.


Milán albergará en 2015 la próxima exposición internacional con el lema "Alimentar el planeta, la energía para la vida" y se encuentra inmersa en la promoción del proyecto. Las principales avenidas están repletas de información y banderas de los países que estarán representados en la EXPO, dándole un aire festivo a la ciudad.


Antes de llegar al Duomo nos paramos en la Plaza del Mercado, otro de esos rincones de Milán que nos han sorprendido gratamente. Esta plaza fue durante siglos el centro comercial y financiero de la ciudad.
Es un rincón tranquilo, cerrado al tráfico que sigue conservando mucho carácter medieval. El pozo que hay en medio de la plaza, se remonta al siglo XVI.


Cuando entramos en la Plaza del Duomo, podemos tomar la primera fotografía de la catedral rodeada de un ambiente plenamente navideño!


Vamos a buscar la oficina de venta de entradas para subir a las terrazas y nos informan que tenemos la posibilidad de subir una parte en ascensor por 10€ o hacer piernas subiendo todo el tramo de escaleras por 6€. Como estos días nos estamos alimentando demasiado bien, decidimos hacer un poco de ejercicio y además ahorrarnos unos euros.
Nos ponemos a la cola y cuando llega el momento empezamos a subir las dichosas escaleras; al principio son sencillas, pero, poco a poco se estrechan y hay que tomárselo con un poco de calma.
En cuanto llegamos a la primera terraza y vemos las vistas, se nos olvida el esfuerzo hecho hasta este momento.



Los tejados están decorados con 2245 estatuas, 135 agujas y 96 gárgolas. Podemos decir que es de las obras más bonitas que hemos visto, está trabajado hasta el más mínimo detalle. Estamos alucinados con "las piedras" que nos rodean.



Cuando hemos visto todo este nivel, subimos el último tramo de escaleras que nos llevarán a la parte más alta del Duomo. Desde arriba las vistas son todavía más impresionantes!



Nos quedamos embobados con cada detalle que esconde esta verdadera obra de arte; la estatua del guardia vigilando la ciudad...



Sobre la aguja mayor de la catedral está colocada La Madonnina, esta estatua de cobre dorado representa a la Virgen Asunta. Desde su colocación se volvió el símbolo de la ciudad.
Según la tradición, ningún edificio puede ser más alto que La Madonnina, por este motivo algunas torres se pararon de construir antes de superar dicha altura; aún así el rascacielos de la Pirelli es más alto y para solventar el problema han colocado en su techo una réplica de la estatua.



Llevamos más de una hora contemplando esta maravilla y nos resistimos a abandonar el lugar, cada vez que lo intentamos descubrimos algo que nos llama la atención. No podemos irnos sin nuestra foto de recuerdo...


Nos vamos a reponer fuerzas y que mejor forma que un par de capuchinos. Entramos en la Galería Emmanuel y volvemos a disfrutar del ambiente del lugar.


Decidimos ir paseando hasta Navigli para comer y lo que iba a ser un tranquilo paseo se convierte en una caminata considerable. No se como nos las arreglamos, pero, en todos los viajes acabamos dándonos una paliza de caminar!! He de reconocer que mi sentido de la orientación es nulo y cada vez que Mateo me hace caso acabamos caminando sin sentido...
Después de la caminata llegamos a la trattoria donde cenamos el día anterior y, a pesar, de la hora que es nos dan de comer sin ningún problema. Volvemos a salir del restaurante muy contentos y nos vamos al hotel a descansar un buen rato. 



Esta escapada está llegando a su fin, esta será la última noche que pasamos en Milán así que cuando nos encontramos descansados nos vamos dando un paseo para ver el Duomo iluminado.
Nos sorprende el ambiente que hay en las calles, aún siendo domingo todas las tiendas esta abiertas y la gente apura hasta último momento para finalizar sus compras.

La iluminación del Duomo nos ha decepcionado, nos imaginábamos que estaría mucho más iluminada tanto la plaza como la catedral.


No nos podíamos ir de Milán sin probar sus auténticos panzerotti. Fuimos al famoso local Luini situado en una de las calles paralelas a la Plaza del Duomo a disfrutar de un par de panzerotti y unas cervezas por menos de 7€.



Para terminar el día nos vamos a la zona de Navigli, hay unos locales donde es típico tomar una copa y con el precio de la consumición incluyen buffet libre de comida.
Entramos en MOMO, uno de los locales de aperitivo más recurrentes de Milán; combina a la perfección la comida con la diversión.

Con las barrigas llenas nos vamos para el hotel, la escapada llega a su fin y en unas horas estaremos cogiendo el avión que nos devuelva a la rutina del día a día...












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