Suena el despertador, me levanto llena de energía con muchas ganas de embarcar rumbo a Amsterdam. Por delante tenemos cuatro días para disfrutar de una escapada de amigas donde las conversaciones, confidencias, risas, anécdotas están aseguradas!!
Ha sido una semana complicada y no he tenido tiempo de nada, así que un par de horas antes de que despegue el vuelo estoy metiendo cuatro cosas en la maleta sin poder evitar reírme al recordar las peripecias de nuestra última aventura por París...
Mateo es el encargado de llevarme al aeropuerto donde me esperan Reme y Cristina. Antes de salir de casa me aseguro de llevar los billetes de avión y el DNI; estoy convencida que me he dejado cosas pero como Reme siempre lleva de todo para todas me relajo.
Ellas han sido más puntuales y ya esperan conversando como dos cotorras. Nada más vernos, nos felicitamos porque hoy es 8 de marzo Día de la Mujer Trabajadora y nosotras tenemos mucho que celebrar!!
Antes de pasar el control de seguridad ya estamos lamentándonos por no haber facturado ninguna maleta, nos conocemos y sabemos que no podremos resistirnos a hacer más de una compra...
Los trámites en el aeropuerto pasan muy rápido; empezamos bien el viaje, no hemos embarcado y ya hemos tenido un par de anécdotas difíciles de olvidar... Cuando nos damos cuenta ya estamos esperando en la pista para subir al avión!!
Las dos horas de vuelo que separan Reus de Eindhoven nos sirven para hablar de futuros destinos viajeros mientras los niños que tenemos en los asientos de atrás nos amenizan el vuelo con sus lloriqueos.... Cristina no había más sitios libres!!!
Nada más aterrizar en suelo holandés nos damos cuenta que no volveremos a ver el sol hasta que volvamos a casa. Las previsiones para estos días dan mucho frío, lluvia e incluso nieve.
El aeropuerto de Eindhoven se encuentra a poco más de una hora del centro de Amsterdam y se puede llegar en tren o autobús. Si escogéis la primera opción tenéis que coger un autobús desde el aeropuerto hasta la estación de trenes de Eindhoven y desde allí un tren hasta Amsterdam. Nosotras hemos elegido la opción del autobús, ya que, preferimos ganar tiempo y comodidad a cambio de gastar unos 6€ más.
Air Express Bus es la empresa de transporte encargada de realizar este servicio. Como no hemos tenido tiempo de hacer la reserva en su web, hacemos cola en el mostrador que tienen a la salida del aeropuerto para comprar nuestros billetes de ida y vuelta (40€ ida y vuelta).
Aprovechamos el trayecto en autobús para comernos los bocadillos que hemos traído de casa y acabar de organizar nuestra escapada a Amsterdam.
El autobús nos deja en la Estación Central y mientras llegamos podemos empezar a familiarizarnos con el paisaje que nos acompañará durante estos días: canales, bicicletas, casas típicas...
La Estación Central de Amsterdam es uno de los edificios más imponentes de la ciudad, con una fachada neogótica que no deja indiferente a nadie. La primera vez que vine a Amsterdam se encontraba en obras y los andamios tapaban la impresionante fachada que ahora nos deja alucinadas. Es la estación más grande de todo el país.
El tráfico de tranvías en los accesos de la Estación es brutal y enseguida aprendemos que tendremos que asegurarnos antes de cruzar porque entre bicis y tranvías, cruzar se convierte en toda una aventura en esta ciudad!!
Enfrente de la estación está la oficina de información donde se pueden comprar los bonos de transporte. Hay varias modalidades: desde 2.80€ un billete sencillo, hasta bonos de 24,48 y 72 horas que te permiten utilizar todos los medios de transporte de la ciudad de forma ilimitada. Nosotras hemos comprado el de 72 horas por 16€. (24 horas - 7.5€ / 48 horas - 12€)
Durante nuestra estancia en Amsterdam nos alojaremos en el Hotel Asterisk, se encuentra a 5 paradas de tranvía desde la estación central. Reme y Cristina no dejan de mirar por la ventana, no quieren perderse detalle de los primeros momentos en la ciudad, en menos de diez minutos estamos en la puerta del hotel.
El hotel Asterisk, está al lado de Heineken Experience en una estrecha y tranquila calle, nada más bajar del tranvía nos encontramos con el indicador del hotel.
El hotel tiene habitaciones en el mismo edificio de la recepción y en los edificios que hay junto a el. Hacemos el check-in sin problemas y nos indican que nuestra habitación se encuentra en el edificio siguiente.
Nosotras después de haber estado en el hotel os lo recomendamos porque la relación calidad - precio es muy buena. La ubicación es céntrica y muy bien conectado con las líneas de tranvía principales, la habitación cumple con creces nuestras expectativas, es funcional y limpia. (90€ las tres noches con desayuno incluido)
Si hay que poner alguna pega serían las escaleras!! Nos ha tocado el segundo piso y subir o bajar estas escaleras se convierte en un deporte de riesgo...
Tenemos muchas ganas de empezar a descubrir lo que nos esconde la ciudad, así que dejamos las cosas en la habitación y nos vamos a dar un paseo en barco por los canales.
Junto al embarcadero se encuentra Heineken Experiencie, nos han hablado muy bien de la visita a este museo y tenemos claro que lo visitaremos.
Como siempre nos vamos fijando en todo nos damos cuenta que hay gente esperando que llegue el barco con tickets de Heineken y no tardamos ni en segundo en ir a preguntarles después de acercarnos y darnos cuenta que en sus tickets pone FREE.
Acabamos de ahorrarnos 15€ que nos pedían por el paseo en barco porque resulta que Heineken ha subido 1€ el precio de sus entradas y a cambio te incluyen un viaje en su barco por los canales!!
Vamos a las taquillas de Heineken y les explicamos que queremos comprar las entradas, pero, que hoy haremos el paseo en barco y mañana la visita; al principio no nos entendían muy bien porque según ellos lo normal es hacerlo al revés. Como nos han visto que insistíamos al final no han tenido más remedio que dejarnos seguir con nuestro plan!!!
La entrada a Heineken cuesta 17€ e incluye, visita al museo + 3 cervezas + paseo en barco. No está nada mal!!!
Aprovechamos para dar un paseo por los canales de la zona mientras sale el siguiente barco.
En el canal de Singelgracht podemos ver los famosos woonboten, barcos-casa. Son grandes barcazas convertidas en completas viviendas con sus habitaciones, salas de estar, baño e incluso jardines. En Amsterdam hay cerca de 2500 barcos-casa.
Si hay algo que nos llama la atención desde primer momento es el silencio y la calma que se respira por estas calles sólo interrumpida por el timbre de las bicis cuando invadimos su carril...
Llevamos unas horas en Amterdam y todavía no nos hemos tomado ni una Heineken, esto no puede ser! Entramos en el bar Carrusel del canal y hacemos el primer brindis del viaje; feliz día de la mujer trabajadora!!
Entre risas y anécdotas si nos descuidamos se va el barco sin nosotras; con las prisas entramos sin que nos quiten el ticket del viaje en barco.
Está cayendo la noche y la temperatura baja empicada, de todas maneras nos sentamos en la cubierta del barco para poder disfrutar al máximo del paisaje.
Al pasar por delante de los barcos-casas nos sorprende que sus habitantes sigan con sus rutinas sin importarles los flashes de los turistas y las miradas indiscretas...
Chicas una cervecita mientras contemplamos esta ciudad de cuento??
Si Amsterdam es especial durante el día, cuando llega la noche y sus puentes, calles y casas se llenan de luces se convierte en una ciudad inolvidable.
El viaje en barco ha llegado a su fin y nosotras nos hemos quedado con ganas de más, así que como se han olvidado de recogernos el ticket tenemos claro que repetiremos el viaje de día. Esto es lo que se llama amortizar bien el viaje!!
Cogemos el tranvía y nos vamos al centro neurálgico de Amsterdam, la famosa Plaza Dam que a estas horas se encuentra repleta de gente. Callejeamos un rato para ver el ambiente y nos reímos con más de una tienda...
Ya va siendo hora de sentarnos a cenar, después de mirar varios restaurantes nos hemos decidido por la Pizzeria Mas y Mas y ha sido todo un acierto; su carta es muy variada y la cantidad y calidad de sus platos es excelente. Hemos cenado de maravilla, las risas nos acompañan desde que hemos llegado al aeropuerto y no paramos de hablar, parece mentira que podamos estar horas juntas sin callar ni un momento!! (13€ por persona)
Cuando se visita Amsterdam es obligatorio pasear por el Barrio Rojo, en ningún otro lugar podrás encontrar lo que esconden sus estrechas e iluminadas calles.
El Barrio Rojo es el más visitado de la ciudad, donde no se duerme nunca y la noche se ilumina con luces de neón. Detrás de la Plaza Dam se extiende un tejido de calles a orillas de los pequeños canales, repletas de negocios de prostitución, sex shops, espectáculos porno, coffee shops y tiendas de drogas. Es el mejor ejemplo de que en Amsterdam, todo o casi todo, está permitido.
Hoy en día, la prostitución aquí es legal y todas las trabajadoras cuentan con seguros médicos y derecho a pensión. Lo que más llama la atención no es el contenido sino la manera de exponerse; las prostitutas se exhiben en grandes ventanales y escaparates desde donde reclaman la atención de sus clientes.
Paseamos un rato por la zona, pero, preferimos sentarnos un rato en un coffee shop porque el ambiente de sus calles no nos resulta demasiado agradable.
El ambiente del coffee nada tiene que ver con el de las calles; risas, anécdotas y muchas historietas que contar!
Os apetece seguir descubriendo nuestras aventuras por Amsterdam??? Os aseguramos que no ha hecho más que empezar...
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