Me despierta un sol radiante entrando por la ventana de la habitación y doy un salto pensando que nos hemos dormido, todavía no me he acostumbrado a los amaneceres de Japón. Aquí se hace de golpe de día y el sol luce radiante desde primera hora, por algo es conocido como el País del Sol Naciente!!
Mateo sigue durmiendo, me voy a pasear por la zona en busca de una panadería francesa que nos han recomendado.
Al salir a la calle, llama mi atención el movimiento de gente pero con plena calma, nada que ver con Tokio. Me cruzo con bastantes niños uniformados que están esperando el autobús para empezar su jornada escolar.
El desayuno nos sabe a gloria, mientras acabamos con los bollos, zumos y cafés que he comprado terminamos de planificar el día.
En todos los viajes hay excursiones que organizas con un mimo especial porque tienes muchas esperanzas puestas en el lugar, podemos decir que hoy es una de ellas. Me emociona la idea de perdernos por los senderos de Nara y caminar por Fushimi Inari...
En 5 minutos estamos en la estación y en el andén ya está el tren que nos llevará hasta Nara. Seguimos utilizando la JR Pass, así que accedemos directamente sin abonar ningún importe; debéis coger la JR Nara Line, que viene a ser como un tren de cercanías y en una hora empezaremos a disfrutar de nuestra primera parada del día.
En la misma estación de Nara hay una oficina de turismo donde podéis coger los planos de Nara; desde aquí salen unos autobuses que te dejan en la zona de los templos, pero, nosotros decidimos ir dando un paseo por la calle principal.
La calle está llena de tiendas con productos típicos tanto de alimentación como de artesanía.
Con lo pronto que es y la calor que hace, las japonesas ya van tapadas con su paraguas para que no les de el sol!! Nos paramos a tomar un café para despejarnos un poquito.
La primera capital permanente de Japón fue fundada en el año 710 en Heijo, la ciudad ahora conocida como Nara.
Fue capital de Japón hasta 784 cuando debido a las influencias y las ambiciones políticas de los monasterios budistas empezaron a ser una amenaza para el gobierno y trasladaron la capital a Nagaoka.
Nara está ubicada en la llanura de Kinai a menos de una hora de Kioto y Osaka. Debido a su pasado como la primera capital permanente, está llena de tesoros históricos, incluyendo alguno de los templos más antiguos de Japón. Nara cuenta con 8 monumentos declarados patrimonios de la humanidad.
Después del descanso ya estamos preparados para adentrarnos en la zona patrimonal de Nara!
El parque de Nara tiene una extensión de 520 hectáreas donde se hayan la mayoría de los templos. Más de mil ciervos dóciles, considerados mensajeros de los dioses, merodean por el parque a la espera de que los turistas los agasajen con las conocidas galletas de Nara..
El inicio de la zona patrimonial está marcado por un inmenso estanque y un pequeño templo lleno de jizos dando la bienvenida!
Los ciervos no se hacen esperar y rápido los vemos en la primera explanada del parque.
Comenzaremos la ruta visitando el Templo Kofukuji, fue fundado en 669. De los 175 edificios originales que lo formaban sólo se conservan unos pocos, pero, incluso las reconstrucciones parecen antiguas. Actualmente se pueden visitar un par de edificios de gran valor histórico y dos pagodas.
El Pabellón Dorado oriental contiene estatuas de enorme valor y data de la misma época.
Al lado está la pagoda de tres pisos! Acabamos de empezar y ya estamos rodeados de estudiantes haciéndonos preguntas, ésto promete...
Kofukuji alberga el Tesoro, una de las colecciones de arte budista más importantes de Japón. Pero si hay algo que llama la atención es la pagoda de 5 pisos, es la segunda más alta de Japón y símbolo de Nara.
La pagoda actual data de 1426, se ha destruido cinco veces por el fuego.
Teníamos previsto visitar el Jardín Isui-en, pero, viendo los paisajes que nos deja el parque de Nara decidimos disfrutar tranquilamente de este lugar.
La imagen es bastante bucólica, praderas, ciervos sueltos, riachuelos, tranquilidad... se puede pedir más?
Nuestra siguiente parada será el Gran Santuario Kasuga, nos tomamos el paseo con mucha calma. Hacemos varias paradas para hacer fotos porque esto parece un paisaje de cuento.
Para los japoneses cualquier sitio es bueno para hacer un poco de taichi y unos estiramientos.
El camino hasta Kasuga está franqueado por sus característicos faroles. Hay unos 3000 faroles de piedra y bronce, donados por la gente como símbolo de fe y agradecimiento.
Un gran torii nos indica el inicio del recinto sagrado.
El Gran Santuario Kasuga se encuentra en la parte alta, así que si queremos llegar hasta él, nos toca hacer ejercicio y subir las cuestas y escaleras que marcan el camino. Eso sí rodeados de vegetación y naturaleza.
El Gran Santuario Kasuga, fue construido como santuario tutelar de una de las familias que ayudó a establecer Nara. Kasuga es uno de los emplazamientos sintoístas más conocidos y fotografiados.
El edificio original se completó en 710, pero, siguiendo las normas de pureza y renovación propias del sintoísmo, la estructura se demolía y reconstruía con la misma forma cada 20 años. Esta práctica se llevó a cabo unas 50 veces en el transcurso de los siglos, pero, la actual se conserva desde 1863.
El lacado rojizo de los edificios contrasta con el verde intenso de la vegetación que lo rodea dándole un encanto especial. Las lámparas inundan los pasillos de varios pabellones del santuario.
Seguimos la ruta paseando por los caminos llenos de ciervos y escolares hasta llegar al Templo Nigatsudo, situado en la parte más alta del parque de Nara.
Este templo no es muy conocido y prácticamente no encontramos información en las guías de viaje, pero, os recomiendo hacer el esfuerzo de subir a la parte alta de la colina donde está situado porque desde aquí hay unas vistas impresionantes del parque y otros templos de Nara.
Cuando bajas del templo tienes una vista de Nigatsudo impresionante, hay veces que las cosas menos conocidas son las que más te cautivan.
Nos quedamos un rato mirando las verdaderas obras de arte que están pintando algunos artistas en la calle...
... hasta que de pronto llegó la marabunta de niños acabando de un plumazo con nuestro momento, no nos habíamos dado cuenta que esta calle acaba en un gran parque. Cambiamos el momento artístico por un momento de fotos y preguntas de los más pequeños!
Nos hemos dejado el plato gordo de la visita a Nara para el final, así que cogemos el camino que nos llevará hasta el Templo Todaiji. Cuando nos vamos acercando las vistas que vemos nos dejan sin palabras!
Para acceder a este templo hay que pagar entrada, hacemos cola en la taquilla y en cuanto tenemos nuestras entradas no perdemos ni un segundo en pasar al recinto.
El Templo Todaiji es uno de los más famosos e históricamente significativos de Japón y es punto de referencia en Nara. Se construyó en 752 por orden del emperador para albergar la imagen del Gran Buda de Nara y para consolidar la posición de la ciudad como capital y centro budista.
En el interior del templo se encuentra la imagen de Buda más grande de todo Japón y además es el edificio de madera más grande del mundo.
El Pabellón Principal ha sido reconstruido varias veces. El tamaño de la estructura actual es sólo dos tercios de la original. El tejado es impresionante, destacan los salientes dorados.
Nos hemos quedado un buen rato admirando la fachada, os puedo asegurar que cuando estás delante te quedas impresionado! Se nota que es el templo más famoso de Nara porque está lleno de gente.
Nada más entrar en el Todaiji te encuentras con el Gran Buda, para realizar esta escultura en el 752 necesitaron cientos de toneladas de bronce, mercurio y cera vegetal derretidos. Varios incendios y terremotos han descolocado la cabeza en más de una ocasión, la actual data de 1692.
Debe ser curioso ver cuando limpian la escultura porque en la palma de la mano se colocan cuatro o cinco monjes...
El Gran Buda está rodeado de varios guardias celestiales que datan de mediados del período Edo.
Todaiji no es sólo un templo, sino un complejo que comprende: el Pabellón del Gran Buda, subtemplos, pabellones, pagodas y puertas. Os dejo una foto de la maqueta de como era inicialmente para que os podáis hacer una idea.
Dentro del templo nos lo hemos pasado genial, éramos los únicos occidentales y los jóvenes rápido han querido hablar con nosotros. Además la camiseta que lleva Mateo con letras japonesas les ha dado mucho juego!!
Los chicos nos han dicho que en una de las columnas que hay detrás del Gran Buda hay un pequeño agujero en la madera. Nos han explicado la leyenda que dice que el que consigue pasar a través de él alcanzará el nirvana. Nos han propuesto pasar con ellos y allí que nos hemos puesto en la cola, pero cuando hemos visto el agujero pensábamos que no pasaríamos...
Doy fe que hemos pasado los dos, el nirvana no se si lo alcanzaremos, pero, nos hemos reído mucho!
Como se nos ha hecho un poco tarde, aprovecharemos para comer algo rápido por Nara y coger el primer tren que nos deje en Fushimi Inari.
No me podía ir de Nara sin cumplir con la tradición de dar de comer a los ciervos, la verdad es que parecen de peluche.
Inari está a menos de 10 minutos en tren de la estación central de Kioto. En este pueblo, se encuentra el templo de Fushimi Inari. Éste es el más famoso de los cientos que hay dedicados a Inari en todo Japón.
Inari es el dios del arroz y los zorros sus mensajeros, por este motivo se suelen encontrar muchas estatuas de zorros en los templos inari.
Todos hemos visto alguna vez una imagen de Fushimi Inari, fácilmente reconocible por los incontables toriis que lo forman.
Fushimi Inari está muy cerca de la estación, sólo se ha de cruzar la calle y ahí empieza la visita.
Nosotros hemos comprado un par de botellas de refresco para el recorrido porque hemos leído que la ruta completa son unos 4 kilómetros.
Un gran torii nos da la bienvenida y junto a él la estatua Inari típico de los templos sintoístas.
Un gran torii nos da la bienvenida y junto a él la estatua Inari típico de los templos sintoístas.
En cuanto empiezas a subir te encuentras un plano de toda la ruta.
Al principio nos vamos cruzando con gente, todos nos quedamos alucinados con la cantidad de toriis que hay.
Llegas a un punto que hay una bifurcación, así que decimos a suerte porque camino queremos llegar hasta la cima del Inarisan.
Al principio estos dos caminos van en paralelo dejándonos una imagen muy bonita!
Conforme vamos avanzando, el camino se vuelve más estrecho y empezamos a ver trozos sin asfaltar, nos vamos adentrando en el monte y el silencio y la paz que se respiran son inexplicables.
Los incontables toriis son ofrecidos por los fieles cubriendo todos los caminos de Inarisan.
Este caminata es dura, las cuestas y las escaleras se hacen en algunos puntos un "poco" pesadas. Al llegar a uno de los miradores, descansamos un rato disfrutando del paisaje.
Mateo está convencido que podemos llegar hasta lo más alto de Inarisan, me dejo llevar aunque hay momentos que creo que no podré. Nos lo tomamos con calma, disfrutando del momento porque desde hace un buen rato que no nos hemos cruzado con nadie.
Al llegar no nos podíamos imaginar que nos esperaba una grata sorpresa. Además del paisaje impresionante...
Nos recomendaron planificar esta visita de manera que llegáramos de día y pudiéramos ver atardecer en Fushimi Inari y nos ha salido a la perfección.
Si de día nos ha parecido impresionante, de noche tiene un encanto especial con los farolillos encendidos iluminando el templo.
En más de una ocasión no he podido evitar cerrar los ojos y recordar escenas de la película Memorias de una Geisha...
Hemos terminado rendidos de esta excursión, cogemos el tren que nos dejará al lado de nuestro hotel.
Con el esfuerzo que hemos hecho nada mejor para recuperarse que una buena ducha y disfrutar de unas Asahis con una buena cena. Repetimos en el mismo restaurante de anoche y vuelve a ser todo un acierto, damos buena cuenta de unos yakisoba de pollo y ternera...
El día ya no da para más, montamos nuestros futones recordando los momentos tan especiales e inolvidables que hemos vivido hoy!!!
Mañana es un día muy especial para nosotros y para celebrarlo tenemos preparado un día mágico. Nos perderemos por la histórica Hiroshima y acabaremos durmiendo en Miyajima la isla sagrada de Japón....
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Inari es genial ^_^ y subir hasta arriba vale mucho la pena!
ResponderEliminarEs uno de aquellos lugares que recuerdas con emoción durante mucho tiempo!!
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