Vaya nochecita, hoy cambia la hora y la idea de dormirme y perder el vuelo hace que me despierte unas cuantas veces durante la noche. Lo mejor en estos casos es una buena ducha, desayunar, última revisión de maletas y poner rumbo al aeropuerto para iniciar esta nueva aventura viajera que nos llevará a descubrir Berlín!
En esta ocasión hemos decidido ir al aeropuerto en nuestro coche y dejarlo en el parking de larga estancia; al realizar la reserva a través de su web nos aplican un 25% de descuento, incluyen el servicio de llevada y recogida a la terminal.
Como es habitual no tenemos que facturar, acostumbramos a viajar con el mínimo equipaje posible para evitarnos costes extras y pérdidas de tiempo. Enseguida anuncian por megafonía el inicio del embarque con destino Berlín.
Hemos volado por primera vez con Easyjet y estamos muy contentos con servicio que nos han dado, no tiene nada que ver con Ryanair. El proceso de compra, impresión de tarjetas de embarque, restricciones de equipaje, asignación de asientos, servicio en el avión... no recuerda en ningún momento a la famosa companía low cost.
Quizá os preguntáis porque hemos escogido Berlín y no otra ciudad europea para pasar nuestras vacaciones de Semana Santa, la respuesta es sencilla: la capital alemana tiene una gran historia que contar a sus visitantes. Asolada durante la Segunda Guerra Mundial y dividida por el Muro durante 28 años nos parece motivo más que suficiente.
Aprovechamos las dos horas de vuelo que nos separan de nuestro destino para repasar los datos de su historia más reciente que nos ayudaran a entender que se esconde en cada rincón de Berlín:
Conforme nos vamos acercando, confirmamos que es una ciudad en construcción; enormes grúas ocupan grandes solares. Las estaciones en las que paramos nos trasladan al Berlín de los documentales, conservan la esencia y los vagones de tren de antaño.
Al llegar a Alexanderplatz el bullicio de una gran ciudad nos envuelve y la torre de la TV nos da la bienvenida. Mateo tu crees que es normal este frío en abril?
Para nuestra estancia en Berlín hemos reservado en el Hotel Indigo Alexanderplatz y ha sido todo un acierto. Su ubicación es excelente, a pocos metros de la estación de metro y tren de Alexanderplatz nos ha permitido movernos por la ciudad con gran facilidad.
La recepción del hotel está muy animada, la decoración invita a sentarte y ojear todos los folletos informativos sobre la ciudad mientras te endulzas con las gominolas y chocolates que te ofrecen de forma gratuita.
La habitación no es muy grande, pero, tiene todo lo necesario cuidando hasta el más mínimo detalle. Si estáis pensando en viajar a Berlín os lo recomendamos por su ubicación, calidad, servicios y precio (70€ la noche con desayuno incluido)
Una vez instalados nada mejor que aceptar la invitación a una copa de bienvenida en el restaurante del hotel. Nada como disfrutar de un par de copas de vino mientras acabamos de organizar la ruta que nos ayudará a tomar contacto con la ciudad.
Salimos a la calle con intención de disfrutar del ambiente de Alexanderplatz, uno de los símbolos del Berlín Oriental. Grandes edificios de oficinas con la construcción típica del momento rodean los puestos callejeros donde podemos degustar la gastronomía típica del país.
En esta ocasión hemos decidido ir al aeropuerto en nuestro coche y dejarlo en el parking de larga estancia; al realizar la reserva a través de su web nos aplican un 25% de descuento, incluyen el servicio de llevada y recogida a la terminal.
Como es habitual no tenemos que facturar, acostumbramos a viajar con el mínimo equipaje posible para evitarnos costes extras y pérdidas de tiempo. Enseguida anuncian por megafonía el inicio del embarque con destino Berlín.
Hemos volado por primera vez con Easyjet y estamos muy contentos con servicio que nos han dado, no tiene nada que ver con Ryanair. El proceso de compra, impresión de tarjetas de embarque, restricciones de equipaje, asignación de asientos, servicio en el avión... no recuerda en ningún momento a la famosa companía low cost.
Quizá os preguntáis porque hemos escogido Berlín y no otra ciudad europea para pasar nuestras vacaciones de Semana Santa, la respuesta es sencilla: la capital alemana tiene una gran historia que contar a sus visitantes. Asolada durante la Segunda Guerra Mundial y dividida por el Muro durante 28 años nos parece motivo más que suficiente.
Aprovechamos las dos horas de vuelo que nos separan de nuestro destino para repasar los datos de su historia más reciente que nos ayudaran a entender que se esconde en cada rincón de Berlín:
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1919 Berlín era un caos de violentos conflictos entre comunistas, socialdemócratas y reaccionarios. El 9 de noviembre de 1923 un grupo de ultraderechistas y oficiales, entre ellos Adolf Hitler, intentó un golpe de estado en Munich. El golpe fracasó y Hitler ingresó en prisión donde escribió Mi lucha. El personaje había empezado su carrera política. Esta situación política también se veía reflejada en la economía que cayó en una crisis llegando la inflación a su punto álgido.
Fue durante la República de Weimar, proclamada tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, cuando Berlín adquirió su imagen de ciudad cosmopolita.
Con el crack de la bolsa de Nueva York en 1929 llegó la crisis definitiva para el debilitado potencial industrial de Alemania, el número de parados ascendió a 600.000 en 1932.
El mismo año el partido nazi, fue el más votado en las elecciones parlamentarias y Adolf Hitler salió canciller en enero de 1933. Aquella misma tarde los nazis organizaron una marcha de antorchas desde la Puerta de Brandenburgo hasta la Cancillería de Wilhelmstrasse, donde Hitler les esperaba.
En febrero ardió el Reichstag y los nazis iniciaron su escalada del terror. En el mismo año se volvió a votar y Hitler apoyado en la "ley de plenos poderes" contemplada en la Constitución de Weimar, se nombró canciller y caudillo, Führer. En agosto del 1934 era el amo de Alemania.
Con la ascensión al poder, Hitler hizo borrón y cuenta nueva. Prohibió cualquier experimento estético y acalló las vanguardias a cañonazos.
Ya en los primeros días de 1933, establecieron los nazis campos de concentración a discreción, entre ellos el de Sachsenhausen a 30km de Berlín. En aquellos momentos vivían en la ciudad unos 150.000 judíos (500.000 en toda Alemania) de los que 5.000 pudieron ocultarse y 55.000 murieron en el holocausto.
Los derechos de los judíos empezaron a ser restringidos en 1933 y fueron completamente suprimidos por la Ley de Nuremberg de 1935. El 9 de noviembre de 1938, será conocido como la noche de los cristales rotos, donde se quemaron tiendas, casas y sinagogas y fueron deportados 12.000 judíos.
El 1 de septiembre de 1939 Alemania invade Polonia estallando la Segunda Guerra Mundial. El balance de la guerra fue atroz para Berlín. Los 363 bombardeos que sufrió la ciudad desde 1943 sólo dejaron habitables 300.000 viviendas del millón y medio que había. La ciudad que antes de la guerra tenía 5 millones de habitantes, se había quedado con 2 millones de mujeres, niños y refugiados.
El 5 de junio de 1947 anunciaron el Plan Marshal para la reconstrucción de las tres zonas ocupadas por los aliados occidentales. El Plan se firmó un año más tarde en París con el rechazo soviético y fue el primer paso en la división del país.
En 1948 se hizo en Alemania la reforma monetaria y se introdujo el Deutsche Mark, que no fue aceptado por los soviéticos para Berlín porque chocaba con su propio sistema monetario y bloquearon la ciudad impidiendo el acceso por tierra. En junio de 1949 acabó el bloqueo y en septiembre se fundó la DDR, capital Berlín.
La Guerra Fría había empezado y el mundo se dividió en dos bloques ideológicos. El país entero había quedado repartido entre las cuatro naciones vencedoras aliadas contra Hitler y había dos Alemanias: al oeste, la República Federal (RFA) y al este, la República Democrática (RDA). Berlín, situada en mitad de la RDA, sufrió un proceso paralelo y quedó dividida en una parte socialista, Berlín-Este y una parte capitalista Berlín-Oeste desde 1931 cercada por el Muro.
Durante los primeros años de la Guerra Fría hubo un gran intercambio entre las dos partes de Berlín, berlineses del este trabajaban en el oeste y viceversa. En 1960 la Unión Soviética y la RDA dejaron de reconocer los pasaportes de Alemania Federal como documento de tránsito y el 13 de agosto de 1961 se construyó el Muro por mitad de Berlín y de todo el país, dividiendo pueblos, terrenos y separando familias y amigos.
El Muro de Berlín, con una longitud de 144 kilómetros se convirtió de inmediato en el símbolo de la Guerra Fría.
El 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA se vio obligado a aceptar la libre circulación de los ciudadanos entre las dos partes de la ciudad, dando lugar a la caída del Muro de Berlín.
Aterrizamos puntuales en el aeropuerto de Schönefeld y seguimos las indicaciones para poder coger el tren que nos llevará al centro de Berlín.
Un gran panel informativo sirve para ubicarse. Teníamos previsto coger el tren Airport Express que ofrece un servicio directo hasta el centro de la ciudad, pero, después de esperar un rato decidimos llegar cogiendo la línea S-9.
Al llegar a Alexanderplatz el bullicio de una gran ciudad nos envuelve y la torre de la TV nos da la bienvenida. Mateo tu crees que es normal este frío en abril?
Para nuestra estancia en Berlín hemos reservado en el Hotel Indigo Alexanderplatz y ha sido todo un acierto. Su ubicación es excelente, a pocos metros de la estación de metro y tren de Alexanderplatz nos ha permitido movernos por la ciudad con gran facilidad.
La recepción del hotel está muy animada, la decoración invita a sentarte y ojear todos los folletos informativos sobre la ciudad mientras te endulzas con las gominolas y chocolates que te ofrecen de forma gratuita.
La habitación no es muy grande, pero, tiene todo lo necesario cuidando hasta el más mínimo detalle. Si estáis pensando en viajar a Berlín os lo recomendamos por su ubicación, calidad, servicios y precio (70€ la noche con desayuno incluido)
Una vez instalados nada mejor que aceptar la invitación a una copa de bienvenida en el restaurante del hotel. Nada como disfrutar de un par de copas de vino mientras acabamos de organizar la ruta que nos ayudará a tomar contacto con la ciudad.
Salimos a la calle con intención de disfrutar del ambiente de Alexanderplatz, uno de los símbolos del Berlín Oriental. Grandes edificios de oficinas con la construcción típica del momento rodean los puestos callejeros donde podemos degustar la gastronomía típica del país.
Mientras disfrutamos de un par de bocadillos de salchicha con unas cervezas (9€) nos emociona pensar que estamos en la plaza donde el día 4 de noviembre de 1989 tuvo lugar la multitudinaria manifestación que dio al traste con el gobierno de la RDA; provocando cinco días después la caída del muro.
Para la primera tarde en Berlín hemos previsto visitar dos de los emblemas de la ciudad, la Puerta de Brandenburgo y el Muro. Con el frío que hace nada mejor que un café caliente con un donut (2.20€) para hacer más llevaderas las bajas temperaturas mientras disfrutamos de nuestro primer paseo por la ciudad.
La primera parte del paseo nos llevará por la gran avenida Karl-Liebknecht-Strasse que va desde Alexanderplatz hasta la Isla de los Museos. Esta zona, centro urbano del Berlín-Este apenas tiene rastro de edificios anteriores a la guerra. En el desierto de ruinas que los bombardeos dejaron se reconstruyó la llamada "capital socialista" a base de rascacielos dejando grandes explanadas para manifestaciones multitudinarias.
Justo antes de llegar a la famosa Isla de los Museos nos encontramos con el Foro de Marx y Engels, una gran explanada para manifestaciones políticas rodeada de símbolos, presidida por las estatuas de los padres del socialismo.
En frente se encuentra Lustgarten, el antiguo jardín del Palacio Real, donde se alza la Catedral de Berlín y el Atles Museum.
La Catedral fue terminada en 1905 siguiendo unos antiguos planos inspirados en San Pedro de Roma con la idea de construir un vaticano protestante en Berlín. Después de la guerra tubo que ser reconstruida y añadieron la cúpula abierta a las visitas. En la cripta hay más de 100 monarcas prusianos enterrados.
Seguimos paseando por Unter del Linden, una amplia avenida de más de 1.5km plagada de embajadas, edificios diplomáticos, museos, tiendas, hoteles, restaurantes y cafeterías. Hay mucho ambiente y dedicamos un buen rato a mirar escaparates y curiosear en las tiendas.
Unter del Linden finaliza en la Pariser Platz donde podemos disfrutar por primera vez del símbolo de Berlín!
De que nos sonará la fachada del lujoso hotel Adlon? Seguro que a todos os viene a la cabeza si os recordamos la famosa imagen de Michael Jackson haciendo "volar" a su hijo desde uno de sus balcones...
La primera vez que estás delante de un gran monumento siempre te quedas sorprendido y esta vez no podía ser menos al estar ante uno de los símbolos de la historia más reciente. La Puerta de Brandenburgo era la puerta de la muralla berlinesa en dirección a la ciudad de Brandenburgo.
Se construyó en 1789, año de la Revolución Francesa, copiando la Acrópolis de Atenas y coronando la obra con una cuádriga en bronce transportando a la diosa Victoria. En su campaña europea Napoleón se llevó la estatua a París, pero en 1814, tras la caída del emperador francés fue devuelta a su lugar y se bautizó la plaza con el nombre de Pariser Platz.
Bajo los arcos de la Puerta de Brandenburgo pasaron los miembros de la realeza, las tropas de Napoleón y desfiles nazis. Durante la Segunda Guerra Mundial la estructura sufrió graves daños y la cuádriga quedó prácticamente destrozada; al finalizar la guerra ambas partes colaboraron en la reconstrucción. En 1961, al construir el Muro, la Puerta quedó atrapada entre los dos berlines el este y el oeste.
Gracias a la caída del Muro y la posterior reunificación de la ciudad podemos disfrutar de la Puerta de Brandenburgo!!
Emocionada y sin poder dejar de recordar las imágenes de los documentales de la Segunda Guerra Mundial pasamos bajo la Puerta de Brandenburgo. Los viajes se sueñan y cuando se hacen realidad te emocionan!
Nuestra siguiente parada nos llevará al controvertido Monumento al Holocausto dejando atrás el Parlamento Alemán para el que tenemos reservada visita a la cúpula.
El Monumento al Holocausto está situado en el gran solar que hay detrás de la Puerta de Brandenburgo. Tras quince años de polémica y dos obras, el 10 de mayo de 2005 se inaguró el monumento que tiene divididos a los berlineses, unos partidarios del olvido del holocausto al pueblo judío y otros firmes defensores de no olvidar dichos horrores para no repetir.
Hoy nos vamos a conformar con experimentar sensaciones; adentrarnos entre las 2711 estelas de granito de diferentes alturas y dejarte llevar por la historia que envuelve este monumento es una experiencia difícil de explicar. Jóvenes corretean sin ir más allá, pero, las caras de algunas personas que nos rodean dicen mucho de lo que pasa por sus cabezas...
En el subterráneo del monumento se encuentra el centro de información donde podremos hacer un repaso a la historia nacionalsocialista de exterminio llevada a cabo entre 1933 y 1945, poner cara a las historias de judíos durante la persecución, informarnos sobre los campos de concentración y exterminio.... Esta visita tendrá que esperar unos días ahora vamos a seguir con nuestra toma de contacto con Berlín!
Seguimos paseando por la avenida Ebertstrasse, antes dividida por el famoso Muro, hasta llegar a Postdamerplatz. En esta gran plaza de la ciudad no podemos reconocer nada de lo que había antes de la guerra, cuando era el punto de tráfico más denso de Europa, regulado por un sólo semáforo de cuatro caras.
En pocos pasos hemos pasado del Berlín más histórico al más moderno, rodeados de altos edificios de oficinas. Antes de que se firmara el tratado de unificación de las dos Alemanias, grandes empresarios del país ya estaban negociando la parcelación de los terrenos para asegurarse un buen lugar en el nuevo Berlín financiero...
La construcción del Muro de Berlín y en especial su caída, forman parte de los momentos más importantes de la historia del siglo XX. Estar delante del Muro por primera vez nos deja sin palabras, emociona estar ante el Muro que durante 28 años dividió Berlín en dos partes separando a familias y amigos.
Detrás de este trozo de Muro que se encuentra prácticamente intacto está la exposición Topografía del Terror, un lugar con una historia escalofriante.
Nosotros nos hemos reservado el resto de tarde para disfrutar sin prisas de esta exposición; si decidís viajar a Berlín os animamos a dedicarle tiempo, seguro no es va a dejar indiferentes. Está abierto todos los días de 10:00 a 20:00 horas y es gratuita.
Mediante escritos, fotografías, vídeos, audios, documentos auténticos e inéditos.... narra los horrores de la historia alemana del siglo XX dando un rotundo mensaje de rechazo a los totalitarismos.
En el exterior de la exposición junto al Muro encontramos fotografías de momentos que marcaron la evolución del proceso nazi.
En 1933 el edificio Luftwaffe (el único que no fue bombardeado durante la II Guerra Mundial) se convirtió en la sede de la temida Gestapo, la policía secreta del estado; sus sótanos guardan historias de los interrogatorios y continuas torturas a los que eran sometidos los opositores al régimen de Hitler.
En la Topografía del Terror encontramos textos y fotografías que detallan la historia del aparato de seguridad de Hitler desde 1933 a 1945.
Al final de la exposición hay una gran fotografía de Berlín bombardeada y desolada tras perder la guerra...
Salimos de la Topografía del Terror y seguimos hablando durante un buen rato de las atrocidades que se cometieron durante esa época siendo conscientes que sólo 16 personas pudieron ser condenadas por ello. No os parece increíble?
Muy cerca en el cruce entre Zimmerstrasse con Friedrichstrasse se encuentra el paso del Checkpoint Charlie entre los sectores soviético y americano de Berlín; escenario constante de las tensiones de la guerra fría. El retrato de un soldado soviético y otro estadounidense indica el lugar exacto de la frontera en mitad de la calzada.
Además si nos fijamos en el suelo podemos ver donde se alzaba el Muro que separaba los dos sectores.
En una de las explanadas junto al Checkpoint Charlie hay varios trozos de muro pintados. En un rincón algo nos llama la atención, están retratados los dictadores que a día de hoy siguen gobernando países.
Cada vez hace más frío y nieva con más intensidad, además para ser el primer día podemos decir que lo hemos aprovechado muy bien, así que nada mejor que una buena cena para celebrar el inicio de nuestra aventura por tierras berlinesas!
Mateo como nos lo hacemos en todos los viajes para acabar dando paseos interminables sumando algún que otro kilómetro a nuestras piernas??
Siguiendo los consejos de otros viajeros vamos a cenar a La Piazza Rossa, una pizzeria situada en Alexanderplatz justo al lado del ayuntamiento.
Llegamos molidos después de la caminata de todo el día y no dudamos en pedirnos un par de pizzas acompañadas de unas buenas jarras de cerveza.
Mamma Mia que platos y que cervezas!!! Nos lo tomamos con calma y damos buena cuenta de todo disfrutando de la nevada que está cayendo fuera. Sin lugar a dudas recomendamos esta pizzeria para futuros viajeros por su servicio, calidad, cantidad y precio (25.60€ total cena)
A pesar de lo cansada que estoy me cuesta coger el sueño, sólo llevamos un día en Berlín y ya hemos vivido varios momentos cargados de emoción. Esta aventura promete....
- entrada anterior: VIAJE A BERLÍN; Introducción
- entrada siguiente: Día 2. Paseos cargados de historia por Berlín!!
- LAS NUEVAS ANDANZAS DE ROBIN JU: Descubrir Berlín de la mano de U2
- LAS NUEVAS ANDANZAS DE ROBIN JU: Monumento al holocausto judío en Berlín
Un día bien aprovechado ^_^ voy tomando buena nota, Berlin está enla lista de las visitas Europeas, y es que si te gusta la historia es una de las imprescindibles!
ResponderEliminarVerónica anímate a descubrir Berlín, seguro que no os deja indiferentes!! Si te puedo ayudar a organizar tu aventura no dudes en preguntar :)
EliminarNo, si animada estoy ejeje pero éste año toca Londres y NY ;) el año que viene a ver que podemos hacer...de Europa tengo en mente Berlin, Roma Y Praga...yaveremos al final hacia donde nos lleva el viento jeje
EliminarPero una vez se decida regresaré a tomar consejos de vuestros diarios y alguna spreguntillas fijo caen jeje ^_^
A la espera de ver las siguientes estapas ^_^
Bonitos destinos!!! Conozco varios de ellos y repetiría con los ojos cerrados. Praga y Londres, nos quedan pendientes y los tenemos en mente para este año... Si necesitas ayuda con el resto dímelo.
EliminarTienes localizado algún alojamiento en Londres? es que estoy mirando y la relación calidad - precio me está resultando muy difícil de encontrar...
Ya estoy liada con las siguientes entradas, en breve espero tener actualizaciones:)
Nosotros vamos al Easy Hotel. Las habitaciones son minúsculas, pero está en pleno centro (victoria) y el precio nos parece muy bueno, Londres en general es cara :S
EliminarComo nos adaptamos bastante el que sean pequeñas nos da igual xD mientras esten limpias...ya contaremos a ver que tal estan.
Gracias Verónica, veo que coincidimos en gustos porque nosotros también teníamos este hotel en la lista!!
EliminarPues he visto que en Berlin hay uno xD si nos gusta el de londres seguramente repetiremos en Berlin!
EliminarPor cierto yo voy en San juan ;)