martes, 24 de julio de 2012

Día 3. Empezamos la ruta por India, nuestra primera parada Hudeel!

Nos toca madrugar un poco porque hoy dejamos la caótica Delhi con destino a una de las zonas más conocidas de India; Rajasthan, tierra de palacios, fuertes y marajás será el destino elegido para hacer ruta durante unos días. Decidimos no hacer este trayecto ni en tren ni avión, queremos pasar un par de días recorriendo varios pueblos rurales, la India menos turística.

Bauart, nuestro chófer, nos espera como cada día puntual en la puerta de nuestro hotel.
Delhi no se acaba nunca, llevamos más de media hora saliendo de la ciudad y siguen habiendo calles, gente….



Conforme nos alejamos del centro, las imágenes que vemos tantas veces en televisión aparecen delante de nuestros ojos; los lados de las carreteras, debajo de los puentes, las vías de tren están llenos de personas viendo pasar la vida y el tiempo. El máximo contraste llega al pasar el primer peaje cuando vemos edificios altos de apartamentos y oficinas, centros comerciales grandísimos y sedes de importantes empresas internacionales.

Conforme nos vamos alejando de Delhi empiezan las carreteras llenas de baches, pasamos por algunas que no tienen ni asfalto.



El color llega cuando pasamos pueblos, en los lados de la carretera puedes comprar de todo, puestos de fruta, bebidas, hamacas, peluqueros… El tráfico es impresionante, nunca hemos visto nada igual, la única regla es pitar y pasar!



El color acapara toda mi atención, las mujeres llevan unos sariis muy vistosos. En cuanto nos paramos, rápido vienen los niños a vernos, se lo miran todo y les hace mucha gracia hacerse fotos y luego verse en la pantalla!!
Las vacas van a sus anchas por cualquier sitio, me quedo alucinada cuando las veo comer de montañas de plástico y de la basura que están quemando.
Hay montones de camellos tirando de carros, aquí los utilizan como animales de trabajo.



Rebaños de ovejas al cuidado de pastores demasiado pequeños, cruzan en el momento menos oportuno por la carretera…

Después de muchos kilómetros y varias paradas llegamos al pueblo donde pasaremos la noche. En Hudeel vive la familia de Abishek con quien hemos organizado nuestro viaje a India, al decirle que queríamos dormir en algún pueblo rural nos ofreció la posibilidad de dormir en su casa y rápido accedimos.
En cuanto entramos en el pueblo los niños vienen corriendo detrás del coche. En la casa nos espera la abuela, madre, hermana, primos y sobrinos de Abhisek.
En la sociedad india sigue muy arraigado el tema familiar, los padres del novio tienen que dar el consentimiento para el matrimonio y la nueva pareja ha de vivir en la casa familiar junto a los padres del novio siendo su madre la persona más importante de la familia. 
Compartimos un rato con la familia en el patio de la casa, las mujeres están preparando las verduras que van a utilizar para la cena.
Nosotros salimos a pasear por el pueblo y los niños de la familia nos preguntan si pueden venir con nosotros, hay uno pequeño que desde que llegamos me ha dado la mano y no me la suelta!



Todas las calles son de tierra y la mayoría de casas son de piedra, hay un par muy bonitas que son de los ricos del pueblo.



Pasamos un rato muy agradable con los niños jugando por el pueblo, utilizamos una libreta y lápices que yo llevo para escribir palabras y hacer algún dibujo y nuestra cámara de fotos se convierte en la mejor diversión.



No se cansan de hacer fotos entre ellos, a las vacas y pedirme fotos conmigo.





Disfrutamos de un atardecer muy especial y tenemos que volver a la casa porque anochece y no hay luz por las calles.



Nos han preparado la cena en la azotea de la casa, probamos varios platos vegetarianos típicos de la zona.



Una de las chicas les dice a los niños más pequeños que no nos han de molestar, pero, es una tentación demasiado grande para ellos y nos observan desde una esquina de la escalera… Nos hace mucha gracia la situación y les invitamos a disfrutar de la velada con nosotros y lo que habían organizado como una velada romántica se convierte en una experiencia inolvidable para todos nosotros!!
Todos nos resistimos a irnos a dormir y pasamos bastante rato explicándonos historias, los jóvenes tienen curiosidad y hacen preguntas sobre nuestra cultura mientras los pequeños se lo pasan en grande probando los diferentes juegos que tenemos en nuestros teléfonos.
Nos vamos a la cama recordando anécdotas de los más pequeños, ha sido un día entrañable de aquellos que nos costará olvidar!







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