sábado, 7 de abril de 2012

Día 9. Ya estamos en Kioto!!!

Nos despertamos con una sensación de contradicción en nuestro interior, nos da pena dejar Tokio. Esta ciudad nos ha enamorado por completo, la mezcla de lo más moderno, cosmopolita, futurista con su lado más imperial y tradicional nos ha fascinado. Ha sido nuestro primer contacto con la sociedad japonesa y nos han sorprendido muy gratamente, pasear por la calle y ver tanta variedad de indumentarias y tribus sociales conviviendo sin ningún tipo de problema nos ha hecho plantearnos situaciones en más de una ocasión.
Cogemos las maletas para empezar nuestra segunda parte del viaje, nos vamos a adentrar en el Japón más tradicional, sagrado y místico; os apetece acompañarnos?

Hacemos el check-out en el Hotel Villafontaine Ueno sin ningún tipo de incidencia, no tenemos ninguna queja del hotel. Lo recomendamos por su relación calidad - precio y ubicación. La limpieza de las habitaciones ha sido perfecta y el servicio de desayuno excelente siempre con variedad y calidad de productos para empezar el día con energía.

Las previsiones de lluvia se han vuelto a cumplir y el camino hasta la estación se hace un poco pesado, entre el paraguas y las maletas....
Hoy volvemos a montarnos en el Shinkansen y el trayecto es más largo que los que hemos hecho hasta ahora. En unas dos horas y media recorres los 500 kilómetros que separan Tokio de Kioto; es recomendable que reservéis asiento en el tren bala para realizar este trayecto.
Los asientos en este trayecto son numerados, así que una vez colocadas las maletas cerca de los nuestros ya estamos preparados para seguir con la aventura!! Salimos puntuales desde la estación Tokio.


El tren bala nos ha recordado mucho a nuestro AVE, por dentro es muy parecido. Nos ha llamado mucho la atención que tienen vagones exclusivos para fumadores; veníamos con la idea que eran muy estrictos con el tema del tabaco y nos estamos dando cuenta que tener lugares habilitados para fumadores les evita que la gente fume en cualquier sitio, ya sea en la calle o en los espacios cerrados.

Después de mi cabezada de rigor, llegamos a la estación de trenes de Kioto; nuestro primer contacto con este lugar nos deja alucinados!

La nueva estación de trenes JR de Kioto con espacios gigantescos, superficies de cristal y escalinatas inmensas ofrece una entrada futurista a la vieja capital imperial.


La estación es muy grande, la primera vez que aterrizas en ella hay que estar atento porque es muy fácil perderse entre su centro comercial y zona de bares y restaurantes.


Lo primero que haremos antes de salir de la estación es ir a la oficina de turismo para coger un plano de la ciudad y otro de las líneas de autobuses.

Para nuestra estancia en Kioto hemos elegido el Hotel Capsule Ryokan Kioto, ha abierto sus puertas hace sólo 1 mes y ya tiene las mejores críticas en los foros de viajes.
Llegar nos resulta muy sencillo porque se encuentra a 5 minutos andando desde la estación.


Como en la mayoría de los hostels, hay una zona de estar con cocina comunitaria por si queremos cocinar o guardar algo en la nevera. Tenemos wifi en la habitación, pero, en esta sala hay un par de ordenadores para uso común con servicio gratuito.


Hacemos el check-in sin problemas y vamos a dejar las maletas a nuestra habitación. Nos ha encantado, tenemos un tatami con un par de colchones que debemos colocar a la hora de dormir. Con lo que hemos alucinado es con la cabina de hidromasaje que tenemos en la habitación. Pero esto no era un hostel????


Dejamos nuestras cosas en la habitación y nos bajamos a preguntar a la japo por un lugar para comer. La chica es muy atenta y nos advierte que para visitar Kioto tendremos que madrugar porque el horario de cierre de los templos es a las 17:00 máximo 18:00 horas.
Cuando salimos del hostel está diluviando y nos ponemos chorreando para llegar al Second House que está en la misma calle.
Viendo el día que hace y la hora que es, nos lo tomaremos como día relax. Vamos a disfrutar tranquilamente de la comida y visitaremos un templo que tenemos muy cerca.
La recomendación del restaurante ha sido perfecta, está especializado en spaguettis y hay montones de recetas diferentes donde elegir. Además tienen unos dulces espectaculares! Hemos comido muy bien y muy económico.

Parece que la lluvia da un poco de tregua, así que vamos a aprovechar para hacer alguna visita. Si algo nos ha sorprendido de momento es el cambio de ciudad, las calles, el tráfico, los edificios... Es muy diferente a Tokio. Aquí hay silencio en las calles, casi no vemos coches y la mayoría de gente va en bicicleta, es mucho más tranquilo.


Al lado de nuestro hostel se encuentran los templos Honganji de Nishi e Higashi. Les rodea un foso y para acceder a ellos hay que pasar por alguno de sus puentes.


La inmensa y lujosa puerta es una de las primeras estructuras tradicionales que se avistan según sales en dirección norte de la estación de Kioto.


La disposición casi idéntica de ambos templos refleja su origen común. Cada uno posee un pabellón grande del fundador y otro más pequeño que alberga una imagen de Buda Amida.



La visita a estos templos se convierte en un momento único, prácticamente estamos solos y el único ruido que escuchamos son monjes cantando. El olor a incienso nos invade mientras recorremos los largos pasillos de madera que nos llevan de un templo a otro.


Los tejados de los templos están llenos de grabados, gárgolas y figuras.



Tenemos que terminar la visitar porque cierran el templo, así que vamos a dar un paseo por la zona de nuestro hostel.

Al lado de la estación de tren está la Torre de Kioto, mide 131 metros y es la construcción más alta de todo Kioto. Se terminó de construir en 1964, el mismo año que se inauguró el primer tren bala y los Juegos Olímpicos de Tokio.
A unos 100 metros de altura tiene un observatorio abierto al público, nosotros no vamos a subir porque no nos han recomendado las vistas.


Hasta la hora de cenar nos vamos para el hostel porque queremos organizar bien la jornada de mañana. Tenemos previsto hacer una de las excursiones más recomendadas de Japón, vamos a visitar Nara y Inari!!!

Hoy queremos cenar en uno de esos lugares que le gustan tanto a Mateo: nada de turistas y comida típica de la ciudad. Nos volvemos a fiar de la recomendación de la chica de recepción y vamos dando un paseo. El ambiente nocturno de Kioto no tiene nada que ver con lo que hemos vivido en Tokio; nos damos cuenta que esta segunda parte del viaje va a ser mucho más tranquila que la primera.


Según las indicaciones que nos han dado, creemos que hemos llegado porque la verdad que no entendemos lo que pone en el cartel!!!


Nos ha encantado el sitio, al principio un poco desconcertada porque no hay ni una palabra en inglés. Todos los carteles y la carta del menú en japonés, pero, Mateo rápido ha ido mirando lo que cocinaban y ha pedido varios platos que le han llamado la atención.
Nos hemos sentado en la barra y ver al cocinero delante tuyo es todo un espectáculo. Los yakisoba de pollo y de gambas estaban buenísimos.


Hemos pedido un par de Okonomiyaki, son una especie de pizza-tortilla con varios ingredientes cocinados a la plancha muy típica de esta zona de Japón. A mi no me ha gustado demasiado, se me ha pasado decirle al cocinero que no me pusiera jengibre y es un sabor que no me gusta; la próxima vez estaré más atenta...



Hemos disfrutado mucho de la cena, nos lo hemos pasado genial y estoy convencida que volveremos. Paseamos hasta el hostel, nos vamos a dormir temprano que mañana vamos a madrugar.


Que ganas tenemos de perdernos por los senderos de Nara y caminar por los interminables toriis de Inari....



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