Desde primera hora entra la luz por los grandes ventanales de nuestra habitación y aprovecho para repasar la ruta que tenemos prevista para hoy mientras Mateo sigue durmiendo.
Hoy tenemos por delante un día muy completo, con gran variedad de contrastes de actividades, pero, surge la duda si seremos capaces de pasear por los innumerables y famosos parques de Londres, descubrir la extravagancia de Camden Town, disfrutar de las obras de arte que se esconden tras las paredes del British Museum y cotillear Harrods el centro comercial más lujoso de la ciudad. Dará el día para todo?
Con tal reto por delante, nada mejor que disfrutar de un completo y variado desayuno en el hotel mientras aprovechamos para consultar la previsión del tiempo y tomar nota de las estaciones de metro que vamos a utilizar. Estáis preparados? Pues empieza la aventura con las pilas bien cargadas y la mochila llena de ilusión!!
Como ya os hemos comentado, la estación de metro Earl's Court se encuentra a escasos pasos de nuestro hotel desde donde cogemos la línea verde que tras un parada nos deja en High Street Kensington; nuestro punto de partida en la ruta de hoy.
Kensington es una zona muy extensa y uno de los retratos más típicos de Londres con sus hileras de elegantes viviendas.
Pero si por algo es conocido este barrio es por sus espacios verdes de Kensington Gardens y Hyde Park.
Pero si por algo es conocido este barrio es por sus espacios verdes de Kensington Gardens y Hyde Park.
El Palacio de Kensington es la puerta de entrada a Kensington Gardens, nuestra primera parada del día. Para los que les apetezca curiosear parte del palacio donde vivió Lady Di y hoy en día los Duques de Cambridge, pueden visitar dicho palacio por el módico precio de 12,5 libras.
Es la antigua mansión de 1605 adquirida por Guillermo III al ascender al trono. Dispone de apartamentos privados que sirven de residencia oficial de miembros de la realeza. En este palacio han nacido muchos monarcas, entre ellos la reina Victoria.
Nosotros nos dedicamos a pasear por los antiguos jardines del Palacio, conocidos como Kensington Gardens; quizá por ese motivo están más cuidados, elegantes y tranquilos que Hyde Park.
Un bonito estanque repleto de patos, hace las delicias de los más pequeños y de los no tan pequeños...
Es increíble la calma que se respira en este parque a escasos metros de una de las zonas más bulliciosas de la ciudad. En estas grandes ciudades, los parques son verdaderos pulmones donde los ciudadanos pueden tomarse su tiempo para pasear, realizar ejercicio y disfrutar de la naturaleza.
Entre toda esta estampa verde, resalta el monumento Albert Memorial frente a la famosa Royal Albert Hall. La estatua es espectacular, donde resalta el recubierto de láminas de oro del príncipe Alberto, el esposo de la reina Victoria muerto de tifus a los 41 años de edad.
El Royal Albert Hall es un enorme auditorio circular de ladrillo rojo y mármol con una capacidad de 5.500 espectadores dispuestos a asistir a conciertos de música, congresos y conferencias.
Estamos tan bien que seguimos paseando por los caminos de Kensington Garden y aprovechamos para dar de comer a unos pequeños amiguitos que nos hacemos. Que recuerdos me están volviendo de nuestro viaje a Nueva York!!
En el corazón del parque se encuentra el lago artificial Serpentine, que se construyó en 1730 para albergar las embarcaciones reales y hoy en día sirve para darse un baño en los días en que el calor aprieta en Londres.
Estamos tan bien que seguimos paseando por los caminos de Kensington Garden y aprovechamos para dar de comer a unos pequeños amiguitos que nos hacemos. Que recuerdos me están volviendo de nuestro viaje a Nueva York!!
En el corazón del parque se encuentra el lago artificial Serpentine, que se construyó en 1730 para albergar las embarcaciones reales y hoy en día sirve para darse un baño en los días en que el calor aprieta en Londres.
Como no voy a hacer una parada frente a la estatua de Peter Pan para recordar uno de los libros de aventuras que más me gustaban cuando era pequeña!!
En este punto, el puente Serpentine separa Kensington Garden del famoso Hyde Park, pero, antes seguiremos las indicaciones para llegar a la fuente conmemorativa de la Princesa Diana.
En la orilla sur se encuentra la fuente de la Princesa Diana, su forma recuerda a un donut irregular por donde el agua fluye de manera continuada como si se tratara de un arroyo.
Hace tan buen tiempo y estamos disfrutando tanto que decidimos seguir la ruta caminando, dejaremos los desplazamientos en metro para más tarde.
Cruzamos el puente y al lado se encuentra Hyde Park, sobre antiguos terrenos de los monjes de la abadía de Westminster que les fueron expropiados durante la Reforma de Enrique VIII, quien disfrutó de ellos como coto privado de caza.
Después de abrirse al público en el siglo XVII, se han convertido en uno de los parques preferidos por los londinenses para pasear por sus avenidas, hacer deporte, escuchar conciertos en directo... o simplemente relajarse en las amplias praderas de césped.
Que bien se está de vacaciones cuando puedes olvidarte del reloj y simplemente hacer lo que te pide el cuerpo!! En nuestra próxima visita a Londres reservaremos un mediodía para disfrutar de un picnic en Hyde Park, no os parece un buen plan??
Así como el que no quiere la cosa, el recorrido que ha empezado en el barrio de Kensington nos ha llevado con un paseo donde nos ha acompañado un tiempo espectacular, hasta el barrio de Westminster donde Wellington Arch nos da la bienvenida.
Este arco triunfal se levantó en 1828 para celebrar la victoria de Wellington sobre Napoleón. Si vais con tiempo y os apetece, podéis visitar el pequeño museo que alberga en su interior y subir a la terraza superior para tener unas buenas vistas del exterior. Nosotros nos conformamos con verlo desde abajo y no perder detalle de la impresionante cuadriga que corona Wellington Arch.
La gran avenida Constitution Hill está rodeada de grandes jardines, a un lado los jardines del Palacio de Buckinham Palace y al otro Green Park.
Como no tenemos invitación para pasear por los jardines del Palacio, disfrutamos de un agradable paseo por Green Park donde una extensa pradera invita a sentarse un rato.
Si hay una actividad en Londres que cada día congrega a montones de turistas es el cambio de guardia de Buckingham Palace. Si estáis interesados en asistir, tened en cuenta que deberéis estar con antelación para coger un buen sitio para poder ver algo y hacer buenas fotografías. Nosotros poco amantes de los temas monárquicos, preferimos seguir disfrutando de la calma que hay en Green Park.
La sorpresa nos la hemos llevado al volver a la Constitution Hill cuando nos ha sorprendido un desfile de la guardia real que ha terminado el espectáculo diario del cambio de guardia.
Gran Bretaña, país monárquico donde los haya, tiene en Buckingham Palace uno de sus grandes símbolos. El gran palacio tiene una apariencia muy señorial, con grandes ventanales donde resalta el gran balcón desde donde hemos podido ver a los Príncipes herederos salir al balcón los días de sus bodas...
El duque de Buckingham mandó construir el palacio en 1762 sobre los terrenos de un famoso burdel y después de sufrir varias reformas, se convirtió en la residencia oficial de la reina Victoria en 1837.
Como se puede intuir desde su exterior, cuenta con más de 700 habitaciones y durante la época estival, cuando la Reina se desplaza a Balmoral en Escocia, habilitan unas 20 habitaciones para poder ser visitadas por los turistas.
Si ahora que ha terminado el cambio de guardia es imposible encontrar un hueco con algo de tranquilidad no queremos ni imaginar como estará durante el espectáculo...
Sobre el centro de la plaza se alza Queen Victoria Memorial, un gran monumento de mármol y bronce, en honor a la reina Victoria.
Después de hacer unas fotos para el recuerdo, nos vamos paseando por The Mall; la avenida que une Admiralty Arch con Buckingham Palace. La avenida están todo engalanada con enormes banderas y estatuas conmemorativas de monarcas y personajes históricos, donde resalta la dedicada a la Reina Madre.
Después de un rato de paseo cambiamos el asfalto, ruido y tráfico de la ciudad para pasear por St. Jame's Park, donde volvemos a encontrar la calma que nos estaba acompañando durante toda la mañana.
Nos sentimos afortunados, desde que salimos del hotel nos ha acompañado un sol radiante que nos está permitiendo disfrutar de los colores otoñales que predominan en todos los parques.
St. Jame's Park, es el más antiguo y elegante de los parques reales. Aquí podemos encontrar grandes explanadas de césped, frondosos árboles y un gran lago donde habitan ocas, patos y cisnes, todos ellos propiedad de la reina.
Para nosotros es el lugar perfecto para descansar en sus bancos, praderas o las típicas hamacas.
Pero, si algo nos ha hecho empezar a disparar el objetivo de la cámara son las vistas que tenemos desde aquí de las torres de Westminster...
... y London Eye, que nos hace recordar el inolvidable atardecer que vivimos ayer!
Hemos cruzado St. Jame's Park y nos encontramos frente al edificio de la Guardia Montada que ya visitamos durante la tarde de ayer.
Cruzamos el patio y volvemos a pasear por Whitehall, la enorme y elegante avenida que une el Parlamento y Trafalgar Square donde se encuentran la mayoría de los ministerios del gobierno y monumentos conmemorativos. Nuestra siguiente parada del día nos llevará a una de las plazas más fotografiadas de la ciudad, Trafalgar Square.
Miramos el reloj y nos damos cuenta que llevamos más de cuatro horas caminando sin parar, así que nada mejor para reponernos que tomar una pinta bien fresquita en un típico pub cerca de Trafalgar Square.
Mañana celebraremos la noche de Halloween, una de las fiestas más importantes del país y eso se nota porque las tiendas y locales se encuentran decorados y los londinenses empiezan a sacar de sus armarios las vestimentas más terroríficas! Nosotros ya tenemos organizada nuestra noche de Halloween y os podemos asegurar que va a ser muy especial!!!!!
Al salir del pub ha cambiado el tiempo radicalmente, los espléndidos rayos de sol han dado lugar a unos nubarrones que cubren todo el cielo de Londres. Pero, ésto no es excusa para seguir descubriendo los maravillosos rincones que se esconden en esta ciudad.
Nos vamos hacia la concurrida Trafalgar Square, haciendo antes una parada en Admiralty Arch; un enorme triple arco construido en 1910 que debe su nombre a los adyacentes cuarteles del Almirantazgo.
En el centro de la plaza, franqueada por cuatro enormes leones de bronce se alza la columna de Nelson, en honor al almirante que derrotó a Napoleón y a la armada española en la batalla de Trafalgar en 1805.
Para nosotros la joya de esta plaza es la gran pinacoteca nacional National Gallery, fundada en 1824 donde tras sus paredes se encuentran más de 2.200 pinturas europeas realizadas desde 1250 a la actualidad. Esta visita la tenemos reservada para próximas jornadas del viaje, pero, he de reconocer que tengo muchísimas ganas!!
Si hay una zona que ayer me enamoró fue Covent Garden, así que en cuanto veo a Mateo con el plano no puedo evitar proponerle ir dando un paseo a disfrutar del ambiente que debe haber a estas horas!
Seguimos las indicaciones desde Trafalgar Square y después de un paseo por las animadas calles acabamos entrando en la zona este del Soho.
En primer lugar entramos en St. Paul's Church, considerada la iglesia de los artistas y actores. Construida en 1663, alberga en su interior numerosas placas conmemorativas entre la que destaca la dedicada a Charlie Chaplin.
Numerosos artistas dan luz, color y alegría a estas calles. A nosotros nos está encantado el ambiente que se respira en Londres, se nota que para poder actuar en sus calles han de pasar un riguroso casting.
Si ayer disfrutamos de Covent Garden tranquilamente, hoy casi hay que pedir permiso para poder pasar! Hay gente por todos lados, en terrazas, tiendas, mercados... Como disfruto en las grandes ciudades!!!
Nuestra siguiente parada nos llevará hasta el extravagante Camden Town, pero, antes de irnos no puedo evitar entrar en la tienda Godiva para darnos el capricho de unas fresas con chocolate que me estaban mirando y pidiendo a gritos venirse con nosotros!!!
Con esfuerzo conseguimos entrar en el metro y poner rumbo a nuestra siguiente parada con destino Camden Town.
Camden es un barrio poco convencional, esta zona históricamente obrera y alternativa, lleva varias décadas convirtiéndose en un auténtico imán para todas las tribus urbanas y modas juveniles. Nada más salir de la estación de metro, una marabunta de gente nos arroya y enseguida queda patente la mezcla de culturas: punks, hippies, góticos, grunges... se mezclan a lo largo de la calle más conocida del barrio.
Lo que más destaca son las características fachadas de las tiendas que abarrota los pocos metros que separan Camden Market del puente de Camden.
En el otro extremo de la calle se encuentra el Puente de Camden Lock,
Desde este punto se pueden contemplar las tres esclusas que regulan el nivel del agua que proviene del Regent's Canal. Desde aquí se toman los barcos que llegan a Little Venecia, en la zona de Marylebone.
Va siendo hora de comer y que mejor lugar estando en Camden Town que probar las especialidades que se sirven en Camden Lock Market.
Aquí se pueden encontrar la más variada gastronomía en el menor espacio y a un precio más que asequible.
Después de dar la vuelta de reconocimiento al llegar a la zona de comida asiática nos miramos, sonreímos y sabemos que hemos llegado a nuestra zona. Ay si es que no lo podemos evitar, somos unos enamorados del continente asiático, desde que aterrizamos por primera vez!
Nos decantamos por una variada bandeja de comida tailandesa y vamos en busca de una de las características vespas con vistas al canal para disfrutar de la comida mientras le damos un rato de descanso a nuestros queridos pies, que hoy les estamos dando un tute más que considerable!!
Por poco más de 10 libras, podemos decir que hemos comido de lujo y hemos disfrutado de uno de esos momentos que te gustaría parar el tiempo porque da mucha pena que termine!
Mateo, como me voy a ir de Camden sin cotillear su típico mercado??
El mercado de Camden es uno de los más solicitados de la ciudad, no sólo por sus grandes dimensiones sino por la gran variedad y cantidad de objetos y prendas que podemos encontrar entre sus laberínticos pasillos. Menos mal que hemos estado poco rato, porque me hubiera traído medio mercadillo en la maleta....
De vuelta a la estación de metro, no puedo evitar ir mirando hacia atrás porque quiero retener en mi retina todas las imágenes. Sin lugar a dudas, podemos decir que Camden Town nos ha cautivado!!!
El día nos está cundiendo muchísimo y no perdemos ni un segundo en poner rumbo a nuestra siguiente parada del día: British Museum nos espera!
British Museum se encuentra en el barrio de Bloomsbury; las dos paradas de metro para llegar al British son Russell Square y Holborn, ambas a 10 minutos andando del museo. La joya de Bloomsbury es el British, la atracción más visitada de Londres con más de seis millones de personas al año.
La fachada principal del edificio es imponente, pero, según nuestra combinación de metro desde Camden Town hemos accedido al museo desde la parte trasera.
En British Museum se exhibe una inmensa muestra de curiosidades y antigüedades procedentes de prácticamente todo el mundo, algunas de incalculable valor. Sus orígenes parten del año 1753, cuando el médico sir Hans Sloane, un ávido coleccionista, vendió al Rey Jorge II su colección privada que ha ido creciendo poco a poco por medio de numerosas adquisiciones, algunas de ellas frutos de saqueos y botines de guerra.
En su interior se guardan más de 13 millones de objetos, de los que se exhiben unos 70.000 en su centenar de galerías a lo largo de sus casi 5 kilómetros. Así que como os podéis imaginar, es imposible verlo todo. Nosotros os recomendamos que planifiquéis la visita con antelación dando prioridad a aquellas colecciones que más os interesen. En la web del British Museum encontraréis toda la información necesaria e incluso ofrecen unas rutas según el tiempo que se dispone para su visita. Os lo recomendamos porque a nosotros nos han sido de gran utilidad!!
En primer lugar vamos a las salas dedicadas al arte egipcio, donde podemos ver una gran cantidad de sarcófagos, momias humanas y de animales y objetos que nos ayudan a transportarnos al Antiguo Egipto!
Los visitantes más pequeños rodean el cuerpo desecado por el desierto de un hombre egipcio enterrado en el desierto hace más de 5.000 años y apodado "Ginger"por su mata de pelo rojo.
Conservan valiosas estatuas de faraones de gran tamaño, la mayoría con un mínimo de 3.300 años de historia, como la de Ramsés II o la de Amenofis III.
Pero, el premio gordo de esta sala se la lleva la famosa Piedra de Rosetta, un precioso bloque de basalto negro de unos 22 siglos de antigüedad que muestra una serie de jeroglíficos y caracteres que ha permitido descubrir las claves de la escritura jeroglífica egipcia. Que maravilla estar junto a esta verdadera obra de arte!!
Junto a las salas egipcias se encuentra la colección del arte mesopotámico donde destacan los relieves de Nínive y las puertas de Balawat. A pesar de haber pasado 2.600 años desde su creación, siguen dejándonos con la boca abierta.
Sin lugar a dudas, otro de los grandes tesoros que guardan las paredes del British Museum es la colección griega.
Una vez que cruzamos las puertas de las Galerías de Parthenon, vamos a ver los mármoles Elgin que son los bajorrelieves del Partenón que datan del siglo V a.C.
Nos nos extrañamos que su permanencia en el museo británico sea causa permanente de fricción con el gobierno heleno, porque la verdad que es increíble todo el arte que han "conseguido" guardar estos ingleses...
No nos cansamos de admirar el monumento de Nereida y los frisos de mármol y las esculturas que decoraban el Mausoleo de Halicarnasos.
Las puertas del museo cierran a las 17:30 horas, muy pronto para nuestro gusto ya que hubiéramos dedicado mucho más tiempo a disfrutar de todas las obras de arte que aquí se esconden, pero, hemos de decir que la selección que habíamos hecho la hemos disfrutado sin prisas.
Aunque no nos podemos ir sin pasar por la sala de las colecciones medievales, para ver uno de los ajedreces más famosos del mundo, el ajedrez de Lewis, compuesto por rechonchas piezas escandinavas del siglo XII, esculpidas en marfil de morsa y que aparecieron fortuitamente en 1831 en una playa de la isla de Lewis cuando una tempestad removió la arena que las había cubierto durante siglos.
Mientras nos dirigimos hacia la salida acompañados del personal de seguridad que va asegurándose que no queda ningún rezagado en sus salas, coincidimos en que a pesar de que se agradece que el museo sea gratuito, este echo hace que mucha gente vaya a pasar la tarde sin guardar las normas y el respecto que este lugar requiere. Quizá si cobraran una pequeña cantidad, restringirían el aforo y los que estamos interesados en la visita podríamos disfrutar de la visita con mucha más calma. Pero, ésto no es más que una mera opinión de los autores de este blog!!
A pesar de que nuestras piernas empiezan a notar el cansancio de todos los kilómetros que hemos caminado durante el día de hoy, no podemos dejar de dar un agradable paseo por Bloomsbury conocido como el Londres intelectual y jurídico.
Sus calles y plazas conservan un elegante ambiente georgiano, con sus edificios típicos. Además conserva la esencia de lugar bohemio, repleto de librerías, talleres de joyerías y galerías de arte.
Nos ha acompañado el buen tiempo durante todo el día, pero, ahora empieza a llover así que improvisamos como terminar la jornada que hemos de reconocer que está dando mucho de sí.
Entramos en la primera estación de metro con destino a Knightsbridge, próxima parada Harrods!!
Hemos escuchado mucho hablar de Harrods, el centro comercial más lujoso y famoso de Londres situado como no podía ser de otra manera en el barrio donde se encuentran los comercios de los diseñadores más prestigiosos del mundo.
Las calles de Knightsbridge atraen a las personas con tarjetas de crédito a prueba de recortes y crisis. Nosotros nos englobamos en el grupo de turistas que les encanta ver el máximo de contrastes cuando visitamos las ciudades y Harrods en buena prueba de ello.
Dentro de este gran edificio de 20.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas se encuentra lo que nosotros hemos definido como un "parque temático para ricos". Sus cuidados y elaborados escaparates ya te ayudan a hacerte una idea de lo que vamos a encontrar en su interior.
Harrods fue propiedad de la familia del multimillonario egipcio Mohamed Al Fayed, conocido por la lucha que mantuvo con la familia real inglesa para demostrar el complot tras la muerte de Lady Diana y su hijo Dodi, hasta que vendió los lujosos almacenes a la familia real de Qatar por la friolera de 1.500 millones de libras.
Una vez cruzas sus puertas sólo se nos ocurre un adjetivo: lujo, lujo y más lujo!!!
Como no vamos a comprar en sus plantas más lujosas, nos dirigimos a la zona que parece habilitada para turistas: Harrods Shop donde la "plebe" puede llevarse por unas cuantas libras algún que otro souvenir.
La decoración es exquisita y no hay nada fuera de lugar, quien diría que es el tercer lugar más visitado de la ciudad.
A pesar de estar rodeados de tiernos osos de peluche que hacen las delicias de los más pequeños, mis pies han dicho basta y casi los voy arrastrando.
Así que, después de más de 12 horas caminando ha llegado el momento de coger el metro de vuelta al hotel no sin antes parar a cenar en una pequeña pizzería que teníamos localizada desde el primer día que llegamos.
Después de una velada de lo más agradable nos tomamos un par de pintas en el pub que hay al lado de nuestro hotel y aprovechamos para hacer balance de todo lo que hemos visto hoy. Quien nos iba a decir que un día en Londres daría para tanto??
En este punto, el puente Serpentine separa Kensington Garden del famoso Hyde Park, pero, antes seguiremos las indicaciones para llegar a la fuente conmemorativa de la Princesa Diana.
En la orilla sur se encuentra la fuente de la Princesa Diana, su forma recuerda a un donut irregular por donde el agua fluye de manera continuada como si se tratara de un arroyo.
Hace tan buen tiempo y estamos disfrutando tanto que decidimos seguir la ruta caminando, dejaremos los desplazamientos en metro para más tarde.
Cruzamos el puente y al lado se encuentra Hyde Park, sobre antiguos terrenos de los monjes de la abadía de Westminster que les fueron expropiados durante la Reforma de Enrique VIII, quien disfrutó de ellos como coto privado de caza.
Después de abrirse al público en el siglo XVII, se han convertido en uno de los parques preferidos por los londinenses para pasear por sus avenidas, hacer deporte, escuchar conciertos en directo... o simplemente relajarse en las amplias praderas de césped.
Que bien se está de vacaciones cuando puedes olvidarte del reloj y simplemente hacer lo que te pide el cuerpo!! En nuestra próxima visita a Londres reservaremos un mediodía para disfrutar de un picnic en Hyde Park, no os parece un buen plan??
Así como el que no quiere la cosa, el recorrido que ha empezado en el barrio de Kensington nos ha llevado con un paseo donde nos ha acompañado un tiempo espectacular, hasta el barrio de Westminster donde Wellington Arch nos da la bienvenida.
Este arco triunfal se levantó en 1828 para celebrar la victoria de Wellington sobre Napoleón. Si vais con tiempo y os apetece, podéis visitar el pequeño museo que alberga en su interior y subir a la terraza superior para tener unas buenas vistas del exterior. Nosotros nos conformamos con verlo desde abajo y no perder detalle de la impresionante cuadriga que corona Wellington Arch.
La gran avenida Constitution Hill está rodeada de grandes jardines, a un lado los jardines del Palacio de Buckinham Palace y al otro Green Park.
Como no tenemos invitación para pasear por los jardines del Palacio, disfrutamos de un agradable paseo por Green Park donde una extensa pradera invita a sentarse un rato.
Si hay una actividad en Londres que cada día congrega a montones de turistas es el cambio de guardia de Buckingham Palace. Si estáis interesados en asistir, tened en cuenta que deberéis estar con antelación para coger un buen sitio para poder ver algo y hacer buenas fotografías. Nosotros poco amantes de los temas monárquicos, preferimos seguir disfrutando de la calma que hay en Green Park.
La sorpresa nos la hemos llevado al volver a la Constitution Hill cuando nos ha sorprendido un desfile de la guardia real que ha terminado el espectáculo diario del cambio de guardia.
Gran Bretaña, país monárquico donde los haya, tiene en Buckingham Palace uno de sus grandes símbolos. El gran palacio tiene una apariencia muy señorial, con grandes ventanales donde resalta el gran balcón desde donde hemos podido ver a los Príncipes herederos salir al balcón los días de sus bodas...
El duque de Buckingham mandó construir el palacio en 1762 sobre los terrenos de un famoso burdel y después de sufrir varias reformas, se convirtió en la residencia oficial de la reina Victoria en 1837.
Como se puede intuir desde su exterior, cuenta con más de 700 habitaciones y durante la época estival, cuando la Reina se desplaza a Balmoral en Escocia, habilitan unas 20 habitaciones para poder ser visitadas por los turistas.
Si ahora que ha terminado el cambio de guardia es imposible encontrar un hueco con algo de tranquilidad no queremos ni imaginar como estará durante el espectáculo...
Después de hacer unas fotos para el recuerdo, nos vamos paseando por The Mall; la avenida que une Admiralty Arch con Buckingham Palace. La avenida están todo engalanada con enormes banderas y estatuas conmemorativas de monarcas y personajes históricos, donde resalta la dedicada a la Reina Madre.
Después de un rato de paseo cambiamos el asfalto, ruido y tráfico de la ciudad para pasear por St. Jame's Park, donde volvemos a encontrar la calma que nos estaba acompañando durante toda la mañana.
Nos sentimos afortunados, desde que salimos del hotel nos ha acompañado un sol radiante que nos está permitiendo disfrutar de los colores otoñales que predominan en todos los parques.
St. Jame's Park, es el más antiguo y elegante de los parques reales. Aquí podemos encontrar grandes explanadas de césped, frondosos árboles y un gran lago donde habitan ocas, patos y cisnes, todos ellos propiedad de la reina.
Para nosotros es el lugar perfecto para descansar en sus bancos, praderas o las típicas hamacas.
Pero, si algo nos ha hecho empezar a disparar el objetivo de la cámara son las vistas que tenemos desde aquí de las torres de Westminster...
... y London Eye, que nos hace recordar el inolvidable atardecer que vivimos ayer!
Hemos cruzado St. Jame's Park y nos encontramos frente al edificio de la Guardia Montada que ya visitamos durante la tarde de ayer.
Cruzamos el patio y volvemos a pasear por Whitehall, la enorme y elegante avenida que une el Parlamento y Trafalgar Square donde se encuentran la mayoría de los ministerios del gobierno y monumentos conmemorativos. Nuestra siguiente parada del día nos llevará a una de las plazas más fotografiadas de la ciudad, Trafalgar Square.
Miramos el reloj y nos damos cuenta que llevamos más de cuatro horas caminando sin parar, así que nada mejor para reponernos que tomar una pinta bien fresquita en un típico pub cerca de Trafalgar Square.
Al salir del pub ha cambiado el tiempo radicalmente, los espléndidos rayos de sol han dado lugar a unos nubarrones que cubren todo el cielo de Londres. Pero, ésto no es excusa para seguir descubriendo los maravillosos rincones que se esconden en esta ciudad.
Nos vamos hacia la concurrida Trafalgar Square, haciendo antes una parada en Admiralty Arch; un enorme triple arco construido en 1910 que debe su nombre a los adyacentes cuarteles del Almirantazgo.
Trafalgar Square, puede presumir de ser el centro geográfico de Londres y el lugar desde donde se miden las distancias viarias del país. Ha sido y sigue siendo el punto de protesta y reunión de la ciudadanía, las fuentes fueron añadidas para dificultar la congregación de un elevado número de manifestantes, además de un lugar donde poder disfrutar de festivales, conciertos y actividades culturales.
Para nosotros la joya de esta plaza es la gran pinacoteca nacional National Gallery, fundada en 1824 donde tras sus paredes se encuentran más de 2.200 pinturas europeas realizadas desde 1250 a la actualidad. Esta visita la tenemos reservada para próximas jornadas del viaje, pero, he de reconocer que tengo muchísimas ganas!!
Si hay una zona que ayer me enamoró fue Covent Garden, así que en cuanto veo a Mateo con el plano no puedo evitar proponerle ir dando un paseo a disfrutar del ambiente que debe haber a estas horas!
Seguimos las indicaciones desde Trafalgar Square y después de un paseo por las animadas calles acabamos entrando en la zona este del Soho.
En primer lugar entramos en St. Paul's Church, considerada la iglesia de los artistas y actores. Construida en 1663, alberga en su interior numerosas placas conmemorativas entre la que destaca la dedicada a Charlie Chaplin.
Numerosos artistas dan luz, color y alegría a estas calles. A nosotros nos está encantado el ambiente que se respira en Londres, se nota que para poder actuar en sus calles han de pasar un riguroso casting.
Si ayer disfrutamos de Covent Garden tranquilamente, hoy casi hay que pedir permiso para poder pasar! Hay gente por todos lados, en terrazas, tiendas, mercados... Como disfruto en las grandes ciudades!!!
Nuestra siguiente parada nos llevará hasta el extravagante Camden Town, pero, antes de irnos no puedo evitar entrar en la tienda Godiva para darnos el capricho de unas fresas con chocolate que me estaban mirando y pidiendo a gritos venirse con nosotros!!!
Con esfuerzo conseguimos entrar en el metro y poner rumbo a nuestra siguiente parada con destino Camden Town.
Camden es un barrio poco convencional, esta zona históricamente obrera y alternativa, lleva varias décadas convirtiéndose en un auténtico imán para todas las tribus urbanas y modas juveniles. Nada más salir de la estación de metro, una marabunta de gente nos arroya y enseguida queda patente la mezcla de culturas: punks, hippies, góticos, grunges... se mezclan a lo largo de la calle más conocida del barrio.
Lo que más destaca son las características fachadas de las tiendas que abarrota los pocos metros que separan Camden Market del puente de Camden.
Camden tiene un ambiente especial, es una de aquellas zonas que o te cautiva o quieres volver a coger el metro nada más poner un pie en sus calles.
A nosotros nos ha encantado, aprovechamos para sentarnos en una terraza a tomarnos unas pintas mientras disfrutamos del ambiente tan extravagante y cosmopolita. El ir y venir de la gente, la mezcla de música que sale de sus tiendas, el ruido del tráfico... hacen que el tiempo pase tan rápido!!
Desde este punto se pueden contemplar las tres esclusas que regulan el nivel del agua que proviene del Regent's Canal. Desde aquí se toman los barcos que llegan a Little Venecia, en la zona de Marylebone.
Va siendo hora de comer y que mejor lugar estando en Camden Town que probar las especialidades que se sirven en Camden Lock Market.
Aquí se pueden encontrar la más variada gastronomía en el menor espacio y a un precio más que asequible.
Después de dar la vuelta de reconocimiento al llegar a la zona de comida asiática nos miramos, sonreímos y sabemos que hemos llegado a nuestra zona. Ay si es que no lo podemos evitar, somos unos enamorados del continente asiático, desde que aterrizamos por primera vez!
Nos decantamos por una variada bandeja de comida tailandesa y vamos en busca de una de las características vespas con vistas al canal para disfrutar de la comida mientras le damos un rato de descanso a nuestros queridos pies, que hoy les estamos dando un tute más que considerable!!
Por poco más de 10 libras, podemos decir que hemos comido de lujo y hemos disfrutado de uno de esos momentos que te gustaría parar el tiempo porque da mucha pena que termine!
Mateo, como me voy a ir de Camden sin cotillear su típico mercado??
De vuelta a la estación de metro, no puedo evitar ir mirando hacia atrás porque quiero retener en mi retina todas las imágenes. Sin lugar a dudas, podemos decir que Camden Town nos ha cautivado!!!
British Museum se encuentra en el barrio de Bloomsbury; las dos paradas de metro para llegar al British son Russell Square y Holborn, ambas a 10 minutos andando del museo. La joya de Bloomsbury es el British, la atracción más visitada de Londres con más de seis millones de personas al año.
La fachada principal del edificio es imponente, pero, según nuestra combinación de metro desde Camden Town hemos accedido al museo desde la parte trasera.
En British Museum se exhibe una inmensa muestra de curiosidades y antigüedades procedentes de prácticamente todo el mundo, algunas de incalculable valor. Sus orígenes parten del año 1753, cuando el médico sir Hans Sloane, un ávido coleccionista, vendió al Rey Jorge II su colección privada que ha ido creciendo poco a poco por medio de numerosas adquisiciones, algunas de ellas frutos de saqueos y botines de guerra.
En su interior se guardan más de 13 millones de objetos, de los que se exhiben unos 70.000 en su centenar de galerías a lo largo de sus casi 5 kilómetros. Así que como os podéis imaginar, es imposible verlo todo. Nosotros os recomendamos que planifiquéis la visita con antelación dando prioridad a aquellas colecciones que más os interesen. En la web del British Museum encontraréis toda la información necesaria e incluso ofrecen unas rutas según el tiempo que se dispone para su visita. Os lo recomendamos porque a nosotros nos han sido de gran utilidad!!
En primer lugar vamos a las salas dedicadas al arte egipcio, donde podemos ver una gran cantidad de sarcófagos, momias humanas y de animales y objetos que nos ayudan a transportarnos al Antiguo Egipto!
Los visitantes más pequeños rodean el cuerpo desecado por el desierto de un hombre egipcio enterrado en el desierto hace más de 5.000 años y apodado "Ginger"por su mata de pelo rojo.
Conservan valiosas estatuas de faraones de gran tamaño, la mayoría con un mínimo de 3.300 años de historia, como la de Ramsés II o la de Amenofis III.
Pero, el premio gordo de esta sala se la lleva la famosa Piedra de Rosetta, un precioso bloque de basalto negro de unos 22 siglos de antigüedad que muestra una serie de jeroglíficos y caracteres que ha permitido descubrir las claves de la escritura jeroglífica egipcia. Que maravilla estar junto a esta verdadera obra de arte!!
Junto a las salas egipcias se encuentra la colección del arte mesopotámico donde destacan los relieves de Nínive y las puertas de Balawat. A pesar de haber pasado 2.600 años desde su creación, siguen dejándonos con la boca abierta.
Una vez que cruzamos las puertas de las Galerías de Parthenon, vamos a ver los mármoles Elgin que son los bajorrelieves del Partenón que datan del siglo V a.C.
Nos nos extrañamos que su permanencia en el museo británico sea causa permanente de fricción con el gobierno heleno, porque la verdad que es increíble todo el arte que han "conseguido" guardar estos ingleses...
No nos cansamos de admirar el monumento de Nereida y los frisos de mármol y las esculturas que decoraban el Mausoleo de Halicarnasos.
Las puertas del museo cierran a las 17:30 horas, muy pronto para nuestro gusto ya que hubiéramos dedicado mucho más tiempo a disfrutar de todas las obras de arte que aquí se esconden, pero, hemos de decir que la selección que habíamos hecho la hemos disfrutado sin prisas.
Aunque no nos podemos ir sin pasar por la sala de las colecciones medievales, para ver uno de los ajedreces más famosos del mundo, el ajedrez de Lewis, compuesto por rechonchas piezas escandinavas del siglo XII, esculpidas en marfil de morsa y que aparecieron fortuitamente en 1831 en una playa de la isla de Lewis cuando una tempestad removió la arena que las había cubierto durante siglos.
Mientras nos dirigimos hacia la salida acompañados del personal de seguridad que va asegurándose que no queda ningún rezagado en sus salas, coincidimos en que a pesar de que se agradece que el museo sea gratuito, este echo hace que mucha gente vaya a pasar la tarde sin guardar las normas y el respecto que este lugar requiere. Quizá si cobraran una pequeña cantidad, restringirían el aforo y los que estamos interesados en la visita podríamos disfrutar de la visita con mucha más calma. Pero, ésto no es más que una mera opinión de los autores de este blog!!
A pesar de que nuestras piernas empiezan a notar el cansancio de todos los kilómetros que hemos caminado durante el día de hoy, no podemos dejar de dar un agradable paseo por Bloomsbury conocido como el Londres intelectual y jurídico.
Sus calles y plazas conservan un elegante ambiente georgiano, con sus edificios típicos. Además conserva la esencia de lugar bohemio, repleto de librerías, talleres de joyerías y galerías de arte.
Nos ha acompañado el buen tiempo durante todo el día, pero, ahora empieza a llover así que improvisamos como terminar la jornada que hemos de reconocer que está dando mucho de sí.
Entramos en la primera estación de metro con destino a Knightsbridge, próxima parada Harrods!!
Hemos escuchado mucho hablar de Harrods, el centro comercial más lujoso y famoso de Londres situado como no podía ser de otra manera en el barrio donde se encuentran los comercios de los diseñadores más prestigiosos del mundo.
Las calles de Knightsbridge atraen a las personas con tarjetas de crédito a prueba de recortes y crisis. Nosotros nos englobamos en el grupo de turistas que les encanta ver el máximo de contrastes cuando visitamos las ciudades y Harrods en buena prueba de ello.
Dentro de este gran edificio de 20.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas se encuentra lo que nosotros hemos definido como un "parque temático para ricos". Sus cuidados y elaborados escaparates ya te ayudan a hacerte una idea de lo que vamos a encontrar en su interior.
Harrods fue propiedad de la familia del multimillonario egipcio Mohamed Al Fayed, conocido por la lucha que mantuvo con la familia real inglesa para demostrar el complot tras la muerte de Lady Diana y su hijo Dodi, hasta que vendió los lujosos almacenes a la familia real de Qatar por la friolera de 1.500 millones de libras.
Una vez cruzas sus puertas sólo se nos ocurre un adjetivo: lujo, lujo y más lujo!!!
Como no vamos a comprar en sus plantas más lujosas, nos dirigimos a la zona que parece habilitada para turistas: Harrods Shop donde la "plebe" puede llevarse por unas cuantas libras algún que otro souvenir.
La decoración es exquisita y no hay nada fuera de lugar, quien diría que es el tercer lugar más visitado de la ciudad.
A pesar de estar rodeados de tiernos osos de peluche que hacen las delicias de los más pequeños, mis pies han dicho basta y casi los voy arrastrando.
Así que, después de más de 12 horas caminando ha llegado el momento de coger el metro de vuelta al hotel no sin antes parar a cenar en una pequeña pizzería que teníamos localizada desde el primer día que llegamos.
Después de una velada de lo más agradable nos tomamos un par de pintas en el pub que hay al lado de nuestro hotel y aprovechamos para hacer balance de todo lo que hemos visto hoy. Quien nos iba a decir que un día en Londres daría para tanto??
En unas horas volveremos a descubrir nuevos rincones de esta ciudad que nos ha atrapado desde primer momento y disfrutaremos de una noche de Halloween de lo más especial. Os lo contamos en la siguiente entrada!!
- entrada anterior: Día 2. Descubriendo distrito Westminster, viendo atardecer desde London Eye y compras en Soho
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- Viajar Code: Londres, día 3 (1ra parte): Museo de Historia Natural, Hyde Park y Buckingham
- Callejeando por el mundo: 5+1 parques londinenses que no te debes perder
- Ida y Vuelta: Ideas viajeras para disfrutar de Londres con niños.