domingo, 3 de febrero de 2013

Día 16. Amanecer inolvidable en el Ganges y vuelta a casa!!

Han pasado muy pocas horas desde que dejamos el Ganges para descansar de un día lleno de emociones y ya tengo unas ganas inexplicables de volver. Son pocos más de las 4 de la mañana cuando después de una agradable ducha ya estamos esperando que el chófer nos pase a recoger.
Después de pasar los rigurosos controles de seguridad de nuestro hotel ponemos rumbo a la zona más espiritual de Varanasi.
A estas horas la ciudad todavía duerme y nos permite ver la cruda realidad; la miseria más absoluta se presenta ante nuestros ojos. Las aceras están llenas de personas y niños durmiendo a la intemperie con la única protección de sacos de papel en el mejor de los casos. Los carritos de venta ambulante se convierten a estas horas en improvisadas camas.
Me voy a abstener de poner fotografías de todo lo que vimos durante el recorrido, seguro que con las pinceladas que os he dado os vais a hacer una idea de la realidad.
Notamos que estamos llegando al laberinto de callejuelas que bordean el Ganges, empezamos a ver otros turistas que han decidido disfrutar de un amanecer inolvidable!
El barquero de anoche se ofreció a hacernos el servicio de esta mañana y no dudamos en ningún momento, así que vamos directamente al lugar acordado.
Las primeras imágenes del Ganges son difíciles de olvidar...


Hemos venido temprano, a estas horas hay poca gente recorriendo el río y las aguas están muy calmadas.



El día también empieza para muchos barqueros, mientras unos siguen durmiendo otros se preparan para otra dura jornada de trabajo.



Los ghats del centro son los más sagrados. Enseguida llegamos al característico Darbhanga Ghat donde las torres y torretas de las antiguas havelis, erigidas a principios de la década de 1900 dominan el ghat.


El céntrico y colorido Dasashvamedha Ghat es el lugar más sagrado de Varanasi, debe su nombre al sacrificio simultáneo de diez caballos que realizó Brahma el Creador. En el ghat se sientan hileras de sacerdotes bajo parasoles de bambú y conducen las oraciones rituales.



Poco a poco nos vamos acercando al ghat que más nos impactó anoche; en Manikarnika Ghat las cremaciones arden día y noche, al tiempo que los cuerpos amortajados yacen junto a pilas de troncos de madera.



El Ganges, uno de los ríos más contaminados del mundo, se convierte en una extraña y sorprendente estampa, donde los cuerpos se queman en hogueras para agilizar el proceso de purificación según los hinduistas...



... mientras la gente se lava purificándose o los niños se bañan ajenos a la muerte que les rodea.



En Scindia Ghat  las elaboradas estructuras se derrumbaron por su excesivo peso. Uno de sus templos está semisumergido en el río.


Los ghats se van llenando de color y actividad, conviven a la perfección las personas que vienen a realizar sus rituales junto a la gente aseándose y personal lavando las sábanas de los guesthouse que inundan esta zona de la ciudad.



El tiempo pasa rápido y retemos muchas imágenes en nuestras memorias que seguro tardarán mucho tiempo en olvidarse. Damos por finalizado nuestro recorrido por el Ganges, seguros de haber visto uno de los amaneceres más inolvidables del mundo!


Volvemos al hotel a desayunar no sin antes quedarnos con una de las imágenes que muestra la cruda realidad de la India. Hoy empieza el curso escolar y mientras unos niños acuden al colegio otros trabajan en los alrededores del Ganges buscando alguna cosa que llevar a sus casas...



El desayuno del hotel es impresionante, no falta detalle y tanto la variedad como la calidad de los productos es excelente. Después de desayunar Mateo decide descansar un rato mientras yo voy a aprovechar para disfrutar un rato de la piscina y comprar en una tienda de artesanía que hay cerca del hotel.
A la hora acordada con el chófer nos pasa a recoger por el hotel para llevarnos al aeropuerto donde cogeremos el vuelo con destino Delhi.
Nos gustaría resaltar que el servicio de chófer y guía que hemos tenido en Varanasi nada tiene que ver con el ofrecido durante toda la ruta por el resto de India. Hemos tenido que ponernos serios en más de una ocasión porque se querían limitar al servicio mínimo sin entender que nosotros no hemos venido hasta aquí  para disfrutar del "bunker" del hotel de lujo sino que queríamos visitar todo Varanasi.

La sorpresa y último enfado con el guía ha llegado al llegar al aeropuerto de Varanasi cuando nos hemos dado cuenta que no hay ningún sitio para comer, nos han traído con 3 horas de antelación a la salida del vuelo porque según ellos aquí podríamos comer y la sorpresa ha llegado cuando en el aeropuerto no hay nada. Así que nos tomamos unas cocacolas con una bolsa de patatas mientras actualizamos los relatos del viaje...
El avión de la compañía Air India despega puntual desde Varanasi y en poco más de una hora aterrizamos en el moderno aeropuerto de Delhi donde nos está esperando Anuman, otro chofer de India's Invitation.
De camino al hotel nos hemos reído mucho con Anuman explicándole nuestras "aventuras" con el chofer y guía de Varanasi.
Volvemos al mismo hotel en Delhi y ya nos reciben como en casa porque durante nuestro viaje hemos pasado varias noches en él.

El viaje va llegando a su fin, pero, todavía nos espera una agradable y emotiva sorpresa. Hemos quedado con Anuman que nos pasaría a recoger en un par de horas para ir a cenar porque hoy nos tendremos que ir a dormir temprano porque nuestro vuelo con destino a Barcelona sale esta madrugada; la sorpresa ha llegado cuando en el coche nos esperaba Bauart! Que ilusión nos ha hecho el detalle, como no tiene servicio hasta la noche ha venido a vernos y nos acompaña a hacer las últimas compras por la ciudad y a cenar. La velada se alarga recordando los mejores momentos del viaje, acabamos con dolor de tripa de tanto reírnos; parece que nos conocemos hace muchísimo tiempo y le hemos cogido mucho cariño. Nos vuelve a costar despedirnos, pero, me alegro de haberle vuelto a ver porque el día que nos dejó en el aeropuerto estaba tan emocionada que no me salían ni las palabras...

Los viajes se sueñan, se organizan con mucho cariño y se disfrutan con muchísima intensidad y cuando te quieres dar cuenta estás embarcando en el avión que te devuelve a tu vida, a la rutina del día a día!!
Durante las 12 horas que tardamos en volver a casa tenemos tiempo para compartir experiencias y sensaciones entre nosotros y aunque en algunas cosas tenemos puntos de vista muy diferentes, lo que tenemos claro es que este país no nos ha dejado indiferentes!
Han sido 17 días donde hemos vivido situaciones que en alguna ocasión han puesto nuestros sentimientos al límite, más de una vez hemos sentido que el corazón se encogía y no podíamos controlar las emociones, pero, han habido sonrisas, miradas, caricias.... que han recompensado con creces los momentos más complicados.
Tengo claro que ya estoy preparada y dispuesta a volver a este país que me ha enamorado, volvería con los ojos cerrados dispuesta a descubrir otras zonas y dejarme llevar por esa vorágine de sentimientos, emociones, vivencias... Mateo me pide tiempo para poder volver.
Os animamos a todos a visitar India sólo es necesario cargar la mochila de ganas de vivir una experiencia única que no os dejará indiferentes y, lo más importante, dejar todos los prejuicios antes de cerrar la puerta de casa y embarcar en este viaje difícil de olvidar....













2 comentarios:

  1. Me encanta esta entrada... Pena que pongais las fotos tan pequeñas, son preciosas y me quedo con ganas de disfrutarlas más...

    Un entrada genial chicos.

    Con las ganas que le tengo yo también a la India, cuánto mundo queda aún por conocer!!!

    Un besito,

    Trini
    http://yoadoroviajar.blogspot.com

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  2. Muchas gracias Trini, este tipo de comentario animan a seguir con el blog.

    Tomo nota del apunte sobre el tamaño de las fotos, pero, de todas manera si pinchas sobre cada fotografía se te abrirán en tamaño original (vamos creo que lo he configurado así...)

    Si te llama la India, no dejes de ir. Seguro que no te arrepentirás!!

    Un beso,

    Ester

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